En BD sí. En 4K no.
Yo la he visto esta noche en una copia en HD.
![]()
En BD sí. En 4K no.
Yo la he visto esta noche en una copia en HD.
![]()
06. Oliver Twist (1948)
Segundo film consecutivo de Lean dedicado a adaptar una novela de Dickens, tanto o más conocida que “Great Expectations”, “Oliver Twist”, aparecida inicialmente a partir de febrero de 1837 en forma de entregas mensuales, de la que se han hecho multitud de versiones para la gran pantalla, la pequeña pantalla, reducciones en formato de novela juvenil e incluso traslaciones al mundo del cómic.
En su momento, cuando dedicamos un ciclo a revisar la obra de Roman Polanski, la comenté brevemente en el hilo correspondiente, en comparación con el Oliver Twist filmado por el franco-polaco. En aquel momento no había leído la novela de Dickens, por lo que no pude juzgar las diferencias ni de una ni de otra respecto al original literario. Lo hice un poco más tarde, pero ya han pasado unos cinco años, por lo que la memoria no me permite afinar en las comparaciones. Ahora bien, y la consulta a cualquiera de las sinopsis que encontramos en internet lo corrobora (por ejemplo, esta de la Wikipedia en inglés), es fácil detectar que las diferencias son notables, mucho más que en el caso de Great Expectations. A la previsible simplificación de la trama argumental y la reducción del número de personajes que suele llevarse a cabo en una adaptación de estas características (volvemos a encontrarnos ante una novela voluminosa, con una larga lista de dramatis personae), el guion del film (firmado esta vez por el propio Lean y Stanley Haynes, al que contribuyó Kay Walsh, todavía esposa del director, y que tendrá esta vez un papel importante en el reparto) añade un brillantísimo prólogo (que en la novela solo se expresa mediante unos pocos párrafos), en el que se nos muestra la llegada de la madre de Oliver, embarazada, a un asilo parroquial.
Como en Great Expectations, la ambientación de este prólogo es propio de un film de terror: un cielo tempestuoso y amenazador, rayos y truenos, un fuerte viento, la lluvia torrencial, incluso las afiladas espinas de unos arbustos, se ciernen sobre una joven mujer encinta que llega con dificultades al orfanato.
La joven, al ingresar en el centro, se ve absorbida por un mundo oscuro, envuelta en marcadísimas sombras (brillantísimamente filmadas por Guy Green, que firma un trabajo tan bueno o mejor que el del film anterior), donde dará a luz a nuestro protagonista, Oliver, para morir poco tiempo después. El llanto del Oliver recién nacido, a los casi cinco minutos de película, es la primera expresión humana que oímos, y todavía tardaremos algún tiempo más a oír voces. De hecho, la madre morirá sin que hayamos oído la suya, en una bella secuencia en que muestra una agónica ternura hacia su hijo, cerrándose con la obertura de un ventanal y la entrada de la luz (como en la célebre secuencia final de Great Expectations). Pero esa luz sirve también para que resalte el medallón que lleva al cuello, objeto que va a jugar un papel esencial en el desarrollo argumental (sumamente oscuro por lo que se refiere a este objeto y su significación).
A partir de ese momento, la acción da un salto temporal de varios años para mostrarnos un Oliver de nueve años, que asumirá, por azar, el papel de portavoz de sus compañeros de orfanato para reclamar más comida.
Como castigo será vendido al propietario de una funeraria, de donde Oliver huirá para viajar hasta Londres.
Ya en la capital, en un ambiente de callejones retorcidos y mugrientos, Oliver (adecuadísimo John Howard Davies) conocerá a un pilluelo, Dodger (Anthony Newley), que le llevará hasta el escondrijo del judío Fagin. Aunque lo de que es judío no se dice en todo el film, la caracterización de Alec Guinness no deja lugar a las dudas, puesto que reproduce la imagen caricaturizada del típico avaro judío, desgraciadamente tan explotada en aquellos años, lo cual le ocasionó problemas al film, sobre todo en Estados Unidos, donde para estrenarla, con retraso, se tuvieron que recortar minutos del metraje en donde aparecía Fagin.
Desde luego, la figura de Fagin es terrorífica. Si os fijáis en el cartel que he insertado se advierte que el film es “not suitable for children”, algo más que comprensible. Estoy convencido de que, de haber visto esta película de niño, me hubiera aterrorizado tanto o más que las películas de monstruos de la Universal, porque toda ella tiene un aire de sordidez, de mugre, de suciedad y mezquindad, de peligro, de indefensión del niño, que nos violenta emocionalmente. Se añade al personaje de Fagin el de Bill Sikes, un auténtico psicópata asesino, encarnado de manera brillante, pero tremendamente histriónica, por Robert Newton.
Lean filma la llegada de Oliver a la guarida de Fagin y su ejército de pilluelos, acompañado de Dodger, mediante el montaje de tramos de escaleras que van subiendo hasta alcanzar los tejados de Londres, con la cúpula de Saint Paul de fondo. En esta ocasión, los “bajos fondos” están situados en lo más alto, compitiendo con la grandiosidad de la catedral.
El resto de la trama está muy simplificada respecto a la novela. Oliver es acogido por el venerable Mr. Brownlow (Henry Stephenson), que al final resultará ser su abuelo, en cuya casa recibirá el trato amoroso del que ha carecido hasta entonces.
Pero Sikes, acompañado de la bondadosa Nancy (Kay Walsh), lo rapta y lo devuelve a las garras de Fagin, por miedo a que Oliver dé información que los ponga en peligro.
La parte final vuelve a rayar a gran altura, desde la violentísima muerte de Nancy a manos de Sikes, tan terrible que incluso espanta al feroz Bullseye, a la turba con antorchas que cerca el nuevo escondite de Fagin y la huida por los tejados de Sikes arrastrando a Oliver (tan propia de un film de terror) y que acaba con el criminal colgado accidentalmente.
Hay que decir, no obstante, que el guion no resuelve satisfactoriamente la explicación del vínculo de Oliver con la intrigante figura de Monks (Ralph Truman), un turbio personaje que intenta obtener beneficio de la desgracia de Oliver mediante el medallón de la madre. Para aclararlo, me temo que no hay más remedio que acudir a la novela.
Como en Great Expectations, a pesar de todos los horrores vividos (diría que extremos en este caso, porque simpatizamos desde el primer momento con el frágil Oliver),
el film acaba con un destello de luz, un fugaz final feliz en que el muchacho vuelva al seno del hogar de Mr. Brownlow, y a los cariñosos brazos de Mrs. Bedwin (Amy Veness).
Mención especial merece la excelente labor de Kay Walsh, encarnando a Nancy, de trágico destino, capaz de iluminar con su ternura el tenebroso mundo en que se tendrá que mover Oliver en manos de Fagin y Sikes.
En resumen, otra excelente película de Lean a partir de Dickens. Me costará al final decidirme a la hora de ordenar Great Expectations y Oliver Twist, quizá merezcan un ex aequo. Acabo con dos apuntes externos al film en sí mismo. Por un lado, mencionar que la edición en DVD de Filmax es correcta (aunque es mejor la copia disponible en Filmin). Por otro lado, señalar dos errores presentes en la monografía de Montero Cantero: la sinopsis del film que incluye no corresponde a la película, sino, en todo caso, a la novela, aunque de forma muy abreviada; además, se refiere al golfillo que acompaña a Oliver en su llegada a la ciudad como Noé, cuando en realidad es Dodger. Noé/Noah (Michael Dear) es el personajillo que trabaja en la funeraria y que será el causante de la discusión que impulse a Oliver a huir con destino a Londres.
En la próxima entrega dejaremos atrás, de momento, la adaptación de grandes clásicos, pero no la literatura, puesto que The Passionate Friends se basa en una novela de H.G. Wells. Pero quizá lo más característico es que, con ella, iniciaremos un tríptico de films protagonizados por Ann Todd, que además tomaría el relevo de Kay Walsh como esposa del director.
Pero antes...
Oliver! (1968), de Carol Reed
De entrada hay que decir que Oliver! (con signo de admiración, si hacemos caso al cartel y a los títulos de crédito) parece más un remake musical (con letra y música de Lionel Bart) del guion de la película de Lean que no una nueva adaptación de la novela de Dickens. La estructura, salvo por lo que respecta al prólogo y al final, es sumamente fiel a la trama que desarrolla la película de Lean, con el acierto de eliminar el personaje de Monks, las motivaciones del cual, ya en el film comentado anteriormente, quedaban poco claras. Supongo que, ante la dificultad de desplegar la compleja trama que vincula en la novela al personaje con Oliver, el guionista, Vernon Harris, optó por la poda (una más respecto al original literario).
Eliminada la llegada de la madre de Oliver al asilo, la película arranca con el protagonista (encarnado por un soso Mark Lester, aunque en su día adquirió una considerable fama por este film), ya con nueve años, obligado a un extenuante trabajo, recompensado con escaso sustento. También la petición de más comida finaliza aquí con la venta a Sowerberry, el enterrador.
Oliver huye a Londres donde Dodger (un simpático Jack Wild, aunque demasiado propenso a las muecas) lo llevará ante Fagin.
Como es natural (estamos ante un musical), la clase práctica que Fagin le imparte para que aprenda a robar carteras, relojes, pañuelos..., da pie a uno de los números musicales más brillantes, “You've Got to Pick a Pocket or Two”.
En esta ocasión la caracterización del judío Fagin es menos caricaturesca que la de Guinness. Ron Moody (un actor al que le encuentro un gran parecido con Richard Harris) compone una figura mucho más blanca, simpática, que no en el film de Lean, lo que, junto a las canciones, las notas de humor y la iluminación brillante y clara, dota al film de un carácter más familiar, más apto para todos los públicos (como, en cierto modo, también hará años después Polanski).
Tampoco el Sikes de Oliver Reed desprende la locura psicopática del de Robert Newton, aunque sigue siendo el cruel y violento criminal que acabará matando a Nacy (Shani Wallis) y muriendo en los tejados cuando intenta huir con Oliver.
Hay una escena que no aparece en el film de Lean, cuando Sikes fuerza a Oliver a acompañarlo en un robo, que acaba frustrándose (momento que sí aparece en la novela). Por lo demás, todo es bastante similar argumentalmente a la película de Lean, salvo las lógicas interrupciones para dar paso al número musical correspondiente (números y canciones, que, en general, no me parece nada destacables, a pesar del gran éxito que tuvieron).
Al final hay otra diferencia notable respecto tanto al film de Lean como al de Polanski, ya no digamos a la novela de Dickens: Fagin y Dodger consiguen escapar de la redada policial y, juntos, se alejan dispuestos a continuar su carrera criminal, felices y contentos. Por lo demás, se reproduce el happy end con Oliver volviendo al seno del hogar de Mr. Brownlow (Joseph O’Connor), que en esta ocasión no es su abuelo, sino el tío de su madre.
Como no soy entusiasta del género musical, y menos cuando lo protagoniza un niño y se rellena de sonrisas algo forzadas, no creo que vuelva a ver la película, lo cual no quiere decir que me haya parecido un mal film. Reed filma competentemente (de hecho, el film ganó varios Oscars, entre ellos el de mejor film y el de mejor director... por delante del Kubrick de 2001: A Space Odyssey), ahora bien, puestos a elegir una aproximación a la novela de Dickens, prefiero sin duda la película de Lean. Curiosamente, uno y otro fueron durante años (dejado de lado a Sir Alfred
), los dos directores británicos de más prestigio a nivel internacional. A pesar de ello, no me veo impulsando un “revisando sus películas” del tío de Oliver... no Twist, sino Reed.
![]()
Mañana me pondré con el comentario de CADENAS ROTAS y, si duermo bien esta noche, al final del día me veré o bien OLIVER TWIST o la segunda entrega del subhilo Tanaka o la primera de Ozu, del que tengo prácticamente ya toda su filmografía... si se da la conjunción planetaria esperada...
Louis, presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad...
A modo de añadido respecto al Oliver de Carol Reed, señalar que pese a ser un film británico, triunfó en los Oscar y los Globos de Oro, pero no en los BAFTA de las islas. El graduado (con Mike Nichols) y Adivina quien viene esta noche (BAFTAs a las mejores interpretaciones principales) se llevaron la gloria.
Mi blog: www.criticodecine.es
"¡Destrózales el corazón, esperanza y orgullo mío, destrózales el corazón y no tengas piedad!".
o
05. GREAT EXPECTATIONS (1946, CADENAS ROTAS)
Director: David Lean.
Productor ejecutivo: Anthony Havelock-Allan.
Productor: Ronald Neame.
Producción: Cineguild / Independent Producers Ltd. / The Rank Organisation.
Distribución: General Film Distributors Ltd. (Reino Unido) / Universal Pictures Company, Inc. (EUA).
Guion: David Lean, Ronald Neame y Anthony Havelock-Allan + Kay Walsh y Cecil McGivern (diálogos adicionales), basado en la novela homónima de Charles Dickens (Chapman and Hall, Londres, 3 vol., 6 de julio de 1861) [Serializada previamente en la revista “All the Year Round” del 1 de diciembre de 1860 al 3 de agosto de 1861].
Fotografía: Guy Green, en blanco y negro (1.37:1).
Diseño de producción: John Bryan.
Dirección artística: Wilfred Shingleton.
Música: Walter Goehr + Kenneth Pakeman y G. Linley (no acreditados).
Montaje: Jack Harris, supervisado por David Lean (no acreditado).
Reparto: John Mills (Philip “Pip” Pirrip), Valerie Hobson (Estella / Molly, la esposa de Abel y la madre de Estella), Bernard Miles (Joe Gargery), Francis L. Sullivan (Señor Jaggers), Martita Hunt (Señorita Havisham), Finlay Currie (Abel Magwitch), Alec Guinness (Herbert Pocket), Ivor Barnard (Señor Wemmick) y Freda Jackson (Señora Joe) + Anthony Wager (Joven Pip) y Jean Simmons (Joven Estella).
Presupuesto: 375.000 libras esterlinas.
Duración: 10.624 pies / 118 minutos.
Rodaje: desde septiembre de 1945 hasta abril de 1946 (D & P Studios, Denham, Inglaterra).
Estreno: 16 de diciembre de 1946 (Londres) y 22 de mayo de 1947 (Nueva York).
…
Coordenadas espacio / temporales:
Kent > Londres / 7 años > 34 años
…
20-3-48 / 5 nominaciones - y 2 premios * - a los Oscar (película, director, guion, fotografía * y dirección artística *)
…
Lo primero de todo me gustaría indicar que comparto plenamente la opinión de mad dog earle de que “Grandes expectativas” hubiese sido un título más ajustado a lo que se nos narra en la novela que el de “Grandes esperanzas”, como habitualmente ha sido traducida esta al castellano.
Curiosamente, en estos momentos estoy leyendo la edición cortesía de Alba y en el capítulo XVIII (perteneciente al primero de los 3 volúmenes en los que se dividió la obra cuando fue publicada en forma de libro)...
... se usa la expresión “un gran porvenir”.
Sin embargo y como podemos apreciar en la captura de pantalla siguiente (y que es muy similar a la que puso el mencionado Roy Earle en su reseña) también el subtitulaje lo expresa de dicha manera…
David Lean siempre había sido un gran devoto de la obra de Dickens y de “Grandes esperanzas” en particular.
De hecho, el recuerdo de su asistencia junto a la que por entonces era su esposa, Kay Walsh (y que aquí ejerce no de actriz sino de guionista), al Rudolf Steiner Hall de Londres en 1939 sería la semilla de la que años después brotaría la que sigue siendo una de las mejores adaptaciones a la gran (o la pequeña) pantalla de la obra del escritor británico más famoso (y más querido) de todos los tiempos.
Y es que en dicho teatro y entre el 7 de diciembre de 1939 y el 11 de enero de 1940 se representó una adaptación de la misma entre cuyos actores se encontraban Alec Guinness y Martita Hunt en los mismos papeles que años después encarnarían en la gran pantalla.
Es por eso por lo que cuando Ronald Neame (reconvertido de director de fotografía en productor *) le inquirió a Lean qué película le gustaría hacer después de BREVE ENCUENTRO este indicó sin dudarlo GRANDES ESPERANZAS.
* Aquí me gustaría desfacer un entuerto que ya comenté en mi anterior crónica.
Al contrario de lo que indica mad dog earle el hecho de que Guy Green se encargase de la fotografía de esta cinta no se debió a una decisión de Lean sino a que Neame había decidido pasarse a la producción y dejar en manos de otros profesionales (como ya vimos en BREVE ENCUENTRO con Robert Krasker) el trabajo de iluminación.
Y dado que Green había sido el operador de Neame nada más lógico que el primero se encargase a partir de entonces de la dirección de fotografía.
- Lean y Green durante el rodaje de la película -
No obstante, no sería Green el primer elegido sino Krasker. Sin embargo, tan pronto como se inició el rodaje tanto Lean como Neame se dieron cuenta de que este último no se adecuaba a las exigencias de un relato que se escoraba, al menos en su primer tramo, hacia el cine gótico.
Desconozco si algo de lo que filmó Krasker se mantuvo en el montaje final de la película aunque lo dudo. *
No obstante y dado que Cineguild, a pesar de ser una compañía independiente, se sustentaba económicamente en buena medida gracias a The Rank Organisation, hubo que pedir consejo a esta sobre la viabilidad del proyecto.
Afortunadamente la Rank no puso objeciones (salvo las lógicas de atenerse al presupuesto y al plan de rodaje pactado) dado que hasta ahora las producciones del trío Havelock-Allan/Lean/Neame (en colaboración con Coward) habían sido – salvo, tal vez, en el caso de BREVE ENCUENTRO – grandes éxitos no solo en Reino Unido sino también en los EUA, un aspecto este que era prioritario para la Rank.
- Recordemos a este respecto que las tres primeras producciones de la compañía acumularon 4 nominaciones a los Oscar sustanciadas en una estatuilla. -
A pesar de que el trío ya estaba curtido en cuanto a la elaboración de los guiones de sus películas (en conjunción – más o menos estrecha – con Coward) solicitaron primero la colaboración de la prestigiosa Clemence Deane (pseudónimo de Winifred Ashton [1888-1965]) y toda una experta en el mundo dickensiano – pero que resultó un completo fracaso – y después de la mencionada Kay Walsh y de Cecil McGivern (1907-1963) que trabajaban por entonces en dramas televisivos para la BBC y que se encargaron de elaborar diálogos adicionales para la película.
- Página del guion de rodaje que corresponde a los primeros instantes de la película, cuando "Pip" visita el cementerio donde yacen sus progenitores -
No obstante, es de justicia reconocer que muchos de los parlamentos de la novela se mantuvieron prácticamente letra por letra en la película.
Evidentemente y como ya indicaba mad dog earle fue necesario cortar pasajes enteros de la novela y eliminar algunos de los personajes de la misma.
Sin embargo y por la que voy leyendo de la novela (página 143 de 520) la película se mantiene notablemente fiel a la misma.
Y aunque no lo hiciera GRANDES ESPERANZAS seguiría siendo una excelente cinta y una de las grandes obras de su autor, aunque yo discrepo levemente del querido amigo Alex Fletcher puesto que la colocaría un peldaño por debajo de BREVE ENCUENTRO, como así indico al final de mi exposición.
Si en el comentario anterior me quejaba de la falta de traducciones de las obras de Noël Coward en nuestras librerías no puedo decir lo mismo de Charles Dickens.
Retrocedamos un poco en el tiempo.
La 13ª (y penúltima) novela de su autor apareció por primera vez en la revista “All the Year Round” fundada por el propio Dickens en 1859 en forma de folletín, en concreto en 36 entregas, entre el 1 de diciembre de 1860 y el 3 de agosto de 1861.
Previamente había visto la luz en ella la anterior novela del autor (y tal vez la más popular de todas sin nos atenemos al número de ediciones que se han hecho de la misma), “Historia de dos ciudades” (31 entregas, desde el 30 de abril al 26 de noviembre de 1859).
- Por cierto, entre ambas se publicó la magnífica “La mujer de blanco” de Wilkie Collins (40 entregas, entre el 26 de noviembre de 1859 y el 25 de agosto de 1860).
* (La bellísima) Eleanor Parker y (el orondo) Sydney Greenstreet en la versión de 1948...-
Si nos fijamos atentamente, el final de “Historia de dos ciudades” coincidió con el inicio de “La mujer de blanco”. -
Debido al fulminante (y habitual) éxito de las entregas dickensianas la novela salió en forma de libro (y en 3 volúmenes, como indiqué al principio) unas semanas antes de que concluyera la publicación de la última de aquellas.
Volvamos al presente (de la época en la que se preparaba la película).
Si como hemos dicho Lean no dudó ni un minuto en ofrecer a Guinness y a Hunt los mismos papeles que habían interpretado en las tablas...
... tampoco hubo mayor problema en la elección del resto del elenco.
Pero a pesar de lo que podamos pensar John Mills no fue elegido por haber trabajado previamente con Lean en SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS y LA VIDA MANDA sino porque para el director no había un actor mejor para encarnar al protagonista, aunque estoy con mad dog earle en que tal vez sea un poco mayor para el personaje. No obstante, su interpretación es impecable, al igual que la de Tony Wager (1932-1990) en los primeros tramos de la película.
- John Mills con su hija Juliet -
* Por cierto, si en la anterior entrega empezamos a hablar del "pique" entre Lean y Wilder no deja de ser curioso que este, tal vez para sellar las paces, eligiera a Juliet para encarnar a la protagonista femenina de la deliciosa ¿QUE PASÓ ENTRE MI PADRE Y TU MADRE? (1972) *
De hecho y creo que en esto estamos todos de acuerdo, lo mejor de la misma transcurre durante la infancia del personaje, aunque al contrario de lo que ocurría en DAVID COPPERFIELD (1935), de George Cukor (y, lógicamente, antes en la novela que le servía de inspiración) el segundo tramo de la película no acusa el bajón tan profundo que sufría esta (y, repito, la novela) cuando el protagonista se hace adulto gracias, sobre todo, a la espléndida secuencia final que transcurre en Satis House, el hogar de la señorita Havisham (una inolvidable Martita Hunt)...
... y Estella (una deslumbrante – y jovencísima – Jean Simmons)...
Y hablando de Estella y de la actriz que la encarna de adulta en la pantalla, la bellísima Valerie Hobson (1917-1998), me gustaría comentar algunas curiosidades.
Como bien dice mad dog earle la actriz era por entonces la esposa del productor (ahora ejecutivo) Anthony Havelock-Allan y, sin embargo, su elección, al igual que la de John Mills, no tuvo nada que ver con ello.
La actriz ya había intervenido en dos de las mejores películas de terror de la Universal, LA NOVIA DE FRANKENSTEIN (1935), de James Whale...
... y EL LOBO HUMANO (1935), de Stuart Walker...
Y aunque no se indique por ningún lado (ni siquiera en la IMDb) la actriz no solo encarnó en GRANDES ESPERANZAS a Estella sino también a su madre, Molly (y, por tanto, esposa del forzado Abel Magwitch [Finlay Currie (1878-1968), el rey Baltasar en BEN-HUR (1959), de William Wyler o Shunderson en PEOPLE WILL TALK (1951), de Joseph L. Mankiewicz… ¿verdad, querido amigo Otto+?…), que ejerce de sirvienta para el abogado Jaggers (Francis L. Sullivan [1903-1956]).
Siguiendo con este juego de la oca se da la coincidencia de que tanto Sullivan como Hobson participaron en una versión previa rodada en Hollywood y titulada GRANDES ILUSIONES (1934), en la que el primero encarnaba igualmente a Jaggers y la segunda a Biddy, la segunda esposa de Joe (un magnífico Bernard Miles al que ya vimos en SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS), aunque al parecer las escenas en las que aparecía esta fueron suprimidas del montaje final…
Por cierto, el encargado de rodar la película fue Stuart Walker… o sea, el director de EL LOBO HUMANO…
Como decía, esto se parece al juego de la oca.
En cuanto al equipo técnico Lean por fin pudo contar con un compositor para crear una banda sonora ad hoc algo a lo que siempre se había opuesto Noël Coward.
Para ello contrató los servicios del prestigioso músico alemán Walter Goehr (1903-1960) quien compuso una excelente columna sonora que se ajusta como un guante a una historia que bascula entre distintos géneros. Pese a ello, Lean contó con la colaboración de otros dos músicos, Kenneth Pakeman y G. Linley, para corregir alguno de los pasajes de la misma en los que banda sonora chocaba con la milimétrica puesta en escena de Lean.
- Lean con todo el equipo de cámara de la película -
Sin duda fue todo un acierto la sustitución de Krasker por Green (quien se encargaría de los siguientes tres títulos de la compañía [OLIVER TWIST, THE PASSIONATE FRIENDS y MADELEINE]) puesto que Lean quería acentuar los aspectos más góticos de la película incluso hasta el punto de que por momentos la misma bien podría ser un vástago tardío del cine expresionista que marcó muchas de las propuestas fantásticas y/o de terror de los años ‘20 y ‘30.
Para lograr esa atmósfera ominosa, especialmente en las secuencias que transcurren en Satis House – sin duda las mejores de toda la película – fue igualmente determinante la labor conjunta de John Bryan y de Wilfred Shingleton, merecido Oscar, sin lugar a dudas.
Y, efectivamente, esa mansión donde el tiempo se ha detenido exactamente a las nueve menos veinte minutos nos recuerda poderosamente al castillo de cierto Conde de quien hemos dado buena cuenta en el rincón dedicado a la Hammer y más específicamente a su director más importante, Terence Fisher.
Y para nada es descabellado pensar que fuese el visionado de esta película lo que llevase a este último a solicitar a Martita Hunt para que encarnase a la baronesa Meinster...
... en la magistral LAS NOVIAS DE DRÁCULA (1960) – ya sabéis, la película donde NO aparece el Conde pese a lo que pueda indicar el título – puesto que la (vengativa) señorita Havisham (sin duda el personaje más fascinante de toda la obra dickensiana) presenta todas las características del vampiro tradicional...
- Recordemos que en la madre de todas las novelas de vampiros, "Drácula" (1897), de Bram Stoker, al personaje de Lucy Westenra se le denomina en los periódicos como la "Hermosa Dama" porque aparte de su belleza viste de punta en blanco...-
Por cierto, aunque nadie lo ha mencionado Freda Jackson (1907-1990) que aquí encarna a la hermana mayor de “Pip”, la señora Joe (sic), también intervino en dicha película y su personaje, Greta, era todavía más aterrador que el de su ama. Recordemos, si no, la escena en la que alienta a salir de su sepultura a una de las “novias” del discípulo de Drácula, el barón Meinster (David Peel)…
Dado que en mi caso el tiempo no solo no se ha parado sino todo lo contrario por la longitud que está empezando a coger este modesto comentario intentaré dar unas últimas pinceladas al mismo here, there and eveywhere…
“David Copperfield” y “Grandes esperanzas” son las únicas novelas de Dickens narradas en primera persona y a pesar de que el autor tenía a la primera como su favorita los méritos literarios de la segunda (por lo que voy leyendo) me parecen muy superiores.
Además porque una obra sea más personal no tiene por qué implicar que sea mejor.
En estos tiempos políticamente correctos no deja de resultar irónico que las principales antagonistas del protagonista, “Pip”, sean mujeres.
Su hermana mayor, la señora Joe.
Estella.
La señorita Havisham.
Solo Biddy (Eileen Erskine) es la excepción a la norma.
Algo además que suele pasar desapercibido es el hecho de que mientras que la señorita Havisham pasa el tiempo (es un decir dado lo expresado más arriba) entre penumbras el nombre de su pupila, Estella, significa “estrella de la mañana”.
O sea, que independientemente de que la señorita Havisham trate de convertir a Estella en el arma con la que se vengará de todo el género masculino (del que formaba parte el novio que la dejó plantada en el altar el día de la boda)...
... esa oposición a la que acabo de hacer referencia bien podría expresar la resolución final de la trama, independientemente del final de la novela.
- Por cierto, la edición de Alba incluye ambos finales. -
Un final, por cierto, magistral y que de nuevo nos devuelve a ese registro gótico que nunca abandonó la película.
Y es que la luz (Estella) acaba por derrotar a la oscuridad (la señorita Havisham, que no es solo verdugo sino también víctima, no lo olvidemos) gracias al inquebrantable amor que por ella profesa desde que eran niños “Pip”.
Y como ya dije, a pesar de la que los mejores momentos se dan al inicio y al final de la película, la historia en el tramo central no desentona del resto gracias a la espléndida labor de todo el equipo técnico y del reparto.
Y, por supuesto, la novela que toma como base, seguramente una de las mejores (o al menos de las mejor escritas) de su autor.
Y donde su protagonista es un héroe con pies de barro, al contrario del maniqueísmo habitual de su autor.
Recordemos a este respecto la magnífica secuencia en la que “Pip” muestra su (mezquina) decepción cuando descubre que su mecenas particular no es la señorita Havisham sino el forzado Magwitch, aquel a quien siendo niño ayudó a escapar de su trágico destino.
En el fondo “Pip” no deja de ser un arribista al que solo le redime el hecho de que su ascenso social se justifica por el irresistible amor que siente por Estella.
Pese a ello al final logrará recuperar su propia autoestima...
Por eso, al menos para mí, los personajes más interesantes de la obra (tanto de la película como de la novela) son los de Magwitch, Estella y la señorita Havisham.
Los tres capitales en el destino final de su protagonista.
Y creo que por hoy ya es suficiente.
Buenas tardes y, buena suerte.
…
Ranking provisional:
01. BREVE ENCUENTRO
02. CADENAS ROTAS
03. LA VIDA MANDA
04. SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS
05. UN ESPÍRITU BURLÓN
Última edición por Alcaudón; 03/03/2024 a las 13:12
Como te puedes imaginar, yo no estaba allí (sospecho que tú tampoco), por tanto si indiqué que Lean prefirió a Green es porque así se recoge en la monografía editada en su día por Dirigido Por, escrita por Tomás Fernández Valentí (citada en el primer post). No solo eso, sino que Fernández Valentí ve en esta elección personal de Lean el inicio del fin de Cineguild, puesto que parece ser que Neame no se lo tomó nada bien.En todo caso, como deberíamos hacer siempre en estos casos (y no siempre hacemos
), te agradeceré que cites la fuente.
Aunque la asociación del nombre "Estella" con esa luz liberadora del final está muy bien vista, hay que decir que es algo propio del guion del film, no de la novela de Dickens, en la cual ella se llama también Estella pero no hay tal escena de alumbramiento (aunque, si se quiere, se puede buscar una cierta relación con la luz que emana del cielo nocturno bajo el que se desarrolla la última escena).