Ésa. Se supone que Mason es una especie de anticuario gay que hace más o menos del papel de Renfield o de servidor del vampiro. En el libro es más evidente lo de la homosexualidad del personaje, que en la película/serie, está como más disimulado, y el pobre está fatal.
Casi tan mal como ese grotesco émulo del doctor Pretorius (¡Se llama doctor Polidori!) que hacía en Frankenstein, la verdadera historia.
Es de esas películas con algunos paralelismos con el Frankenstein de Kenneth Branagh, a priori el concepto parecía interesante, no así los resultados. Empieza y dices "¿qué puñetas es esto

?", luego parece que se va a arreglar, pero al final el salimiento de madre es definitivo, total e irremediable.