Cita Iniciado por Jane Olsen Ver mensaje
Sabido es que Roberto Alcázar y Pedrín nunca destacó especialmente por la calidad del dibujo .
Desde luego... ni punto de comparación con Harold Foster. De hecho, creía que mad dog había hecho la comparación con la intención de ridiculizar un poco al monarca.

Se estrenó, sí, y se llevó más palos que una estera . Tuvo una génesis muy complicada y larga -años-, que si problemas con los derechos, que si éstos cambiaron de titular, que si la productora se quedó sin dinero, que si no sabían a quién dar los papeles principales.

Creo que, en general, adaptar los cómics al cine, especialmente los más antiguos, es una tarea peliaguda, porque si no se hace muy bien corres el riesgo o bien de desvirtuarlos o de convertirlos a todos en mamarrachos .
Sabía que hubieron problemas con el capitán trueno aunque no me imaginaba que fueran tan graves. Nunca he sentido especial interés por el personaje (me queda un poco lejos, ya que creo que estaba destinado al publico infantil o juvenil de la época), pero si encima me decís que es tan mala dudo que llegue a verla algún día.

Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
Capitán Trueno y el Santo Grial. La tengo grabada de televisión (si no recuerdo mal, de la 2, del programa que presentaba Cayetana Guillen Cuervo). Es mala con avaricia. En mi caso la vi y la conservo por pura nostalgia. "El Capitán Trueno", como "El Jabato" y "El Cosaco Verde" (de la que tengo la edición completa de los tebeos originales, comprados domingo a domingo en el mercado de Sant Antoni), fueron mis lecturas de cabecera en mi infancia. En particular, por "El Capitán Trueno" pasaron dibujantes excelentes, como Ambrós, aunque también hubo mucho reciclaje, mucho corta y pega. Los guiones, firmados por Víctor Alcázar (pseudónimo de Víctor Mora, conspicuo comunista), aunque reiterativos, eran una forma de reciclar el buen cine clásico de aventuras y las novelas de género, con una carga de crítica política de fondo que me dejó una huella indeleble. Siempre he dicho, y lo sostengo, que buena parte de mi formación moral (si se puede utilizar el término, que no deja de producirme cierta incomodidad) procede de esos tebeos, una gozosa antítesis de la funesta Formación del Espíritu Nacional con que nos bombardeaban en el colegio (aunque en el mío, tengo que reconocerlo, sin demasiada convicción, como un trámite burocrático). Hoy día tengo en facsímil los más de 600 tebeos apaisados de El Capitán Trueno, además de otras colecciones del mismo personaje y de El Jabato. Para mí hablar de cómics (yo diría tebeos) es hablar de los personajes de Víctor Mora o de las historietas de la Bruguera. Cuando empecé a leer tebeos de la Marvel, a principios de los 70, ya no me produjeron el mismo efecto, y una vez superada la adolescencia el mundo del cómic no me ha interesado demasiado, sin negarle su valor.
Mi padre sí que leyó sus cómics junto a jabato o el corsario sin rostro, pero nunca fueron lo suficientemente interesantes para aficionarle a la lectura del cómic una vez pasó la adolescencia. También, de pequeño, le encantaban las novelas cortas del oeste, que por lo que cuenta, se ve que en aquella época eran muy populares. A partir de ahí se dedicó exclusivamente a la literatura y al cine (como ávido lector y espectador). Pero por más que le digo que existen cómics muy interesantes (me da igual el término que se utilice: novela gráfica, cómic, historietas, tebeos... porque no me gusta ninguno. Pero como siempre lo he llamado cómic...) no consigo aficionarle; hace el esfuerzo de vez en cuando por deferencia a mí, ojo, pero no por voluntad propia. Supongo que son costumbres que uno adquiere a muy temprana edad y luego cuesta mucho cambiarlas.


Adaptar bien un cómic al cine es complicado porque parte de una imagen concreta y preestablecida en el espectador que hay que respetar, y que además, por diferentes cuestiones, la historia puede funcionar muy bien en un medio pero no en el otro. Como ejemplo me viene muy bien "Persepolis", que aunque a primera vista parece una buena adaptación de la novela por el dibujo, no tiene la misma fuerza porque ésta se genera por el ritmo especifico del cómic, dando la sensación de que todo lo que se cuenta en la historia tuvo una repercusión muchísimo más importante en las vivencias de la autora gracias a las pausas y la composición de las viñetas.
Una de las cosas más importantes del cómic y que tiene que tener muy en cuenta un dibujante, es lo que el lector va a leer o interpretar entre viñeta y viñeta, y aquí la autora lo supo hacer francamente bien para manifestar todo el drama que vivió mientras que en la película da la sensación de que te lo cuentan todo de carrerilla como si de un informe se tratara.
Aunque antes de continuar prefiero esperarme a tu análisis, Alex Fletcher, porque también es verdad que hace mucho tiempo que la vi y prefiero que me refresques un poco la memoria.