Muy divertida pero vive por y para su personaje. Los demás orbitan sobre él o son pegotes como el par de X-Men.

Si nos salimos de los gags, estamos ante una película que no llega a lo rutinario pero se queda cerca, evadiendo tal sensación a base de montaje y rupturas de la cuarta pared.

La trama principal carece de interés, no por mala (no deja de ser similar a otras muchas) sino porque lo que importa es el show de Reynolds, acertado la mayoría del tiempo mientras que en ocasiones se nota forzado.

La escenas de acción son eficaces, pero carecen de personalidad y quizás se nota que estamos ante un director primerizo.

Se agradece el tono violento y satírico, hacía falta y esperemos que marque cierta tendencia en lo que a blockbusters se refiere.

Lo dicho, muy divertida, Reynolds es puro carisma y no os arrepentiréis de dejaros vuestros eurillos en ella.