Al final, y creo que es la conclusión más consensuada, lo ideal sería que en las salas de cine pudiéramos disponer de la libertad para elegir doblaje o v.o., de la misma forma que somos libres para elegir idioma en la mayoría de ediciones en el formato doméstico.
Por otra parte, ay que reconocer, en la línea que cita Diodati, que tenemos un lujo hoy en día con el
BD. Nunca hemos visto ni oído las películas en casa como ahora, y además, a precios competitivos.