Bueno, allá voy. Sé que me van a caer palos por todas partes.
1. Sólo podía ser una. Ningún misterio ¿verdad?
La imagen de este trío calaveras no necesita presentación.
Para mí, es casi la perfección misma al mismo inicio del cine. Top ten, no sólo del cine de terror, o del cine mudo, o del cine alemán: simplemente, del cine de todos los tiempos. Todos o casi todos los elementos clásicos del género están ya allí. Caligari y Cesare son sin duda dos de los personajes más interesantes de toda la historia del cine. Aparentemente, muy simples, pero llenos de pequeños matices y en contínuo cambio. Desde el punto de vista visual, también me parecen dos de los más logrados. Aunque Krauss y Veidt no hubiesen intervenido en más películas, merecerían un lugar destacado en la historia del cine. La interdependencia dramática de los personajes de la película y los temas que tratan me parecen simplemente fascinantes. Por no hablar de la curiosa habilidad de la película por desconectarte del mundo real y sumergirte en uno totalmente nuevo, y a la vez, familiar, donde todo es bello y terrorífico, inquietante y a la vez fascinador. No diré más porque me podría tirar horas hablando de ella.
2. Vampyr.
"Oye, Jane, esta no vale" -dirá ahora Diodati- "es cine sonoro". Tiene usted razón, maestro, siendo estrictos, no debería estar aquí. Pero si la he puesto, es porque para mí, en gran medida, funciona como una película muda. Es verdad que hay diálogos y efectos de sonido, además de música, y que Dreyer utiliza en ocasiones ese sonido como elemento para producir terror (los ruidos de animales que nunca vemos, la voz de la anciana...). Pero en gran medida, está planteada como una película muda, y creo que si la viéramos quitando el sonido de la tele, no se resentiría gravemente. La información que los diálogos -muy breves- nos proporcionan, es mínima, y casi todos los datos relevantes nos vienen dados por rótulos muy parecidos a los que usaban los realizadores silentes. Es una película en la que predomina lo visual. Y al igual que Caligari, a mí me sumerge en un mundo extraño y distinto. Donde nada es en realidad inquietante, pero donde todo te produce inquietud. El joven Allan Grey se introduce de lleno en un mundo de sombras y fantasmas: unas sombras que nunca son negras, sino grises, como las noches en las latitudes del remoto norte donde el sol no se pone del todo, pero donde tampoco reina nunca la luz absoluta.
3. El hundimiento de la casa Usher.
Otra película bella e inquietante, insospechadamente poética en momentos, en otros terriblemente desoladora, que también nos introduce en un mundo distinto, fascinante y perturbador, donde la muerte y la poesía parecen ir de la mano. Creo que pocas veces el complejo mundo de Poe se ha traducido tan bien en imágenes.
4. Nosferatu el vampiro.
Poco puedo decir de esta película que no se haya dicho ya. Si en Vampyr, Allan Grey se introducía en un mundo de fantasmas, aquí, las criaturas de la noche, escapan de su mundo, vienen al encuentro del joven Hutter y se adentran en el nuestro. Nosferatu es de las pocas películas del cine mudo que, vistas hoy, siguen siendo realmente aterradoras, lo que no impide que sea también una película terriblemente bella, impregnada de una fatídica y tenebrosa poesía.
5. El Fantasma de la Ópera.
La trágica y romántica, pero también aterradora historia de Erik, se ha llevado en muchas ocasiones al cine, al teatro y a la televisión, pero probablemente nunca fue tan condensada y a la vez, tan efectiva, como en la primera versión que se hizo. Muchos buenos actores han interpretado al Fantasma, pero Chaney fue uno de los pocos -si no el único- que verdaderamente acertó al plasmar todos los matices y la compleja personalidad del personaje: ira, odio, locura, éxtasis, ternura, compasión...y en una película muda. La interpretación de Chaney es otra de las grandes interpretaciones, no ya del terror o del cine mudo, sino de toda la historia. Y qué decir de su maquillaje. Al igual que el Orlok de Max Schreck y Murnau, es de los pocos personajes del cine mudo que, a día de hoy, siguen produciendo escalofríos.
6. El hombre que ríe.
"Jane, esta tampoco vale, no es terror y además, es cine sonoro". Vuelve a tener usted razón, maestro. Estrictamente hablando, es un drama histórico, y cuando se estrenó, si bien no tenía diálogos, tenía música y efectos de sonido. Poniéndonos tiquismiquis, tampoco es terror El jorobado de Notre Dame, que entraría en el mismo saco que ésta, y muchas veces, sin embargo, se considera terror por las mismas razones por las que esta se podría meter en el saco de las pelis asustantes. Para empezar, la atmósfera tan tenebrosa, tan fantástica y a la vez tan sórdida y veraz que Leni comunica a la película (esa escena con los ahorcados, los cuervos, los tipos de catadura siniestra de la feria...). La alucinante galería de personajes que nos encontramos. La historia ciertamente no es terrorífica, pero lo que le pasa al pobre Gwynplaine (por no decir nada de la pinta que se le queda), ciertamente provocan escalofríos. De hecho, junto a Nosferatu y Erik es el único monstruo del terror clásico que a mí me produce verdadero yuyu. Por algo se inspiraron en él los creadores de Batman para el Joker. Lo más inquietante de esta película, es que los verdaderos monstruos no son los que tienen una apariencia anormal. Creo que sólo el gran Browning podría haber hecho algo semejante a esta película, y de hecho lo hizo, con Freaks.
7. El estudiante de Praga (1926).
Sin duda que esta es una película que merece ser reivindicada y que no es excesivamente conocida. No ayuda a ello el que sólo circulen por ahí copias absolutamente pedestres. Creo que es una película que podría haber firmado perfectamente Murnau y que se puede colocar al lado de Nosferatu sin que desmerezcan ninguna de las dos. No en vano su director, Henrik Galeen, trabajó en el guión de la Nosferatu original. Uno de los pocos remakes que supera al original. Y que ver a Caligari y a Cesare reunidos de nuevo, no tiene precio.
8. El Murciélago.
Otra película que merecería ser más conocida. Y eso que ésta sirvió también de inspiración para los creadores de Batman (qué cantidad de influencias del cine mudo tiene Batman ¿no?, y éso que no las he mencionado todas). También una de las primeras películas sobre casas encantadas. Acaso, por sus elementos cómicos y ausencia de elementos sobrenaturales, tampoco debería estar aquí. Sin embargo, a mí me encanta esta película, con su estética tan comiquera -pero también muy atmosférica-, sus gags visuales, sus momentos de suspense y las contínuas idas y venidas del guión.
9. El hombre de las figuras del cera.
Vale, tampoco es "terror, terror". Sin embargo, hay algo en la habilidad de Paul Leni para crear atmósferas opresivas e inquietantes -incluso en historias que no son de terror- y en presentar a personajes perturbados, que produce un mal rollo considerable. Y la parte de Jack Piedemuelle sí es genuinamente fantasmal y pesadillesca.
10. El hombre y la bestia.
John Barrymore hace un trabajo excelente, y resulta tan convincente de Jekyll como de Hyde. Casi todas las versiones cinematográficas posteriores (empezando por la de 1931, la mejor probablemente de cuantas se han hecho), le deben algo a ésta.
Bueno, me dejo muchas (El mágico dominio, Frankenstein, Las manos de Orlac, El estudiante de Praga -1913-, El jorobado de Notre Dame, El Golem, Garras humanas, El trío fantástico, Los pantanos de Zanzíbar, El legado tenebroso, Historias extraordinarias...) y hay también muchas que no he visto (El teatro siniestro, Mandrágora...), y hay otras que aunque me encantan, yo catalogaría más en otros géneros que en el terror (La carreta fantasma, Mabuse, Los vampiros...). Pero si tan sólo pudiera ver London After Midnight, Satanas y Der Januskopf, servidora sería feliz...Taaan feliz... Recemos al santo del cine para que aparezcan algún año de éstos...
Y si ya me dicen que me queden con interpretaciones...no puedo. Es que no puedo. Vamos a ver, tú ¿a quién quieres más? ¿A papá o a mamá? ¿A la Universal o a la Hammer? Pues a mí me pasa igual, que no puedo elegir entre Cesare y Erik, entre Gwynplaine y Quasimodo, entre Caligari y El Golem, entre Orlok y Scapinelli...