Jordi, hay algunas afirmaciones que me sorprenden, y más viniendo de ti.
El toro de Osborne no fue otra cosa que un reclamo publicitario de una marca comercial. Cuando se prohibieron estos carteles en las carreteras, hubo gente en diversas comunidades españolas que les daba un valor artístico (discutible, por supuesto) y pidió que no se quitaran. Se estudió el tema, se hicieron encuestas, el caso llegó al Supremo, que dictaminó su interés cultural, y al final se decidió dejar un número determinado de ellos.
Hasta ahí la historia normal.
En ese momento entran en escena los tarados. Algunos (repito:
algunos) nacionalistas catalanes consideraron de pronto que el toro de Osborne era un símbolo insoportable del estado opresor español. Sí, dicho así parece de risa, pero ya ves las consecuencias.
Como los imbéciles no son exclusivos de una región ni de una ideología, faltó tiempo para que los del otro lado adoptaran la silueta del toro como símbolo español intocable y lo colocaran en la bandera. Especialmente en Cataluña, donde ser nacionalista catalán lleva camino de ser pronto obligatorio, y el que se considera también español no es más que un botifler de mierda. A ese extremo estamos llegando.
Así que si hay ultranacionalistas españoles que presumen del bendito toro (que los hay), es porque antes otros ultranacionalistas catalanes no menos estúpidos les han dado motivo para ello.
Pues no debería. Ser nacionalista es una opción política tan respetable como no serlo. Otra cosa es pretender ser al mismo tiempo nacionalista y de izquierdas, que es un contrasentido, pero ya lo expliqué una vez y no lo voy a volver a repetir. Y nadie se mete con los nacionalistas que defienden esa ideología por medios democráticos.
Ahí diferimos. Los que buscan diferenciarse y provocan continuamente son algunos (repito:
algunos) nacionalistas catalanes, mientras otros nacionalistas miran hacia otro lado o dicen: "molt bé". Luego se produce la reacción. Que será mayor cuanto más acosados se sientan los españoles catalanes orgullosos de serlo.
En fin, estoy por ver todavía un atentado o, en su defecto, al menos algún comentario contra ese símbolo colonialista andaluz que pretende destrozar las esencias del noble pueblo castellano en el mismo centro de Madrit:
Hay que poner sobre aviso a Esperanza con este tema. Endavant, castellàns!