Otros casos de producción ejecutiva dudosa:

Francis Ford Coppola en Sleepy Hollow. Coppola tuvo una vez los derechos del relato, y cuando se los compraron, una cláusula exigía su aparición como Productor ejecutivo en el proyecto que se fuera a realizar. Burton asegura que se enteró de que Coppola era productor ejecutivo de su película el día que vió el copión final.

Jan de Bont en Minority Report: lo mismo, iba a dirigirla pero no cuajó, y una cláusula le aseguró un crédito en el proyecto, y terminó constando como, nada más y nada menos que productor de Spielberg (productor a secas, ni siquiera ejecutivo).

El guionista y productor Akiva Goldsman también aparece sólo como productor en algunas películas en las que ha metido mano en alguna revisión de guión.

Y mil historias más.

Para el tema este de los créditos, y para muchos más, os aconsejo el libro "Moteros tranquilos, toros salvajes" (Easy riders, raging bulls), que trata sobre la generación de los 70, y muchos pasajes del libro describen los pitotes que se formaban por el ansia de aparecer en los créditos de la mayoría de implicados.