Pues no suelo ser de miedos fáciles. Pero sí te puedo decir de películas que me hicieron yuyu en su día. Desde películas de renombre como El exorcista o Suspiria, hasta telefilmes como Muerte en la noche fría. Una de las últimas que más me afectaron fue Dark Water, de Nakata. Pero más que nada porque la vi a solas a la una de la madrugada una noche de Halloween. Pienso que muchas películas nos darían miedo si las viéramos a solas y en la madrugada, sin nadie con quien compartir miedos... o risas. Una vez publiqué un artículo titulado Mis terrores favoritos, referido a las películas que más miedo me dieron, no a las películas de terror que considero favoritas o mejores, que es otra cosa para mí muy distinta. Igual lo cuelgo por acá.
Ah, pues me gustaría leerlo, sí. Y tienes razón, muchas veces influye la situación en que ves una película, igual que con las comedias que hacen reír.
I'd imagine the whole world was one big machine. Machines never come with any extra parts, you know. They always come with the exact amount they need. So I figured, if the entire world was one big machine, I couldn't be an extra part. I had to be here for some reason.(HUGO)
Lo prometido es deuda:
Top-20 de parodias del cine de terror:
El baile de los vampiros
Abbott y Costello contra los fantasmas
El jovencito Frankenstein
El castillo maldito
Noche de duendes
Eloísa está debajo de un almendro
El profesor chiflado (Lewis)
Noche de miedo
El abominable Dr. Phibes
Una pandilla alucinante
Terroríficamente muertos
La comedia de los horrores
El día de la bestia
Arsénico por compasión
Abbott and Costello Meet Dr. Jekyll an Mr. Hyde
Agárrame ese fantasma
The Cat and the Canary (1939)
El retorno del Dr. Phibes
Zombies on Broadway
Zombies Party
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El cuervo (Corman)
Al margen de esto, citar cuatro títulos imponentes de terror que recurrían a los toques de comedia (de ahí su no incorporación a la lista anterior): El legado tenebroso, La torre de los siete jorobados, El horror de Frankenstein y Un hombre lobo americano en Londres.
¿No incluirías "Zombies Party" (título que odio, mucho mejor el original "Sean of the Dead")? A mí me parece una joya.
I'd imagine the whole world was one big machine. Machines never come with any extra parts, you know. They always come with the exact amount they need. So I figured, if the entire world was one big machine, I couldn't be an extra part. I had to be here for some reason.(HUGO)
A mi la de Dark Water también me dio "cosa"...
Y en el cine, nunca olvidaré La Maldición (The grudge), la original.
Estábamos en la sala mi mujer, yo y unas 5 o 6 personas más.
Pasamos toda la película acojonados; pero acojonaditos. Los otros espectadores debían estar igual, porque cuando acabó la peli, las caras de todos los concurrentes eran un poema, y empezamos con la risilla esa histérica de qué machote soy pero que rato más malo (bueno) he pasao...
Y miedo, lo que se dice miedo, no descartaría REC. La vi en la playa, yo solito, de madrugada, a oscuras... Y no sólo me acojonó, sino que además me pareció muy buena.
Enhorabuena, Maese, por esos 40 mil... vaya tela...
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Es un filme que me gusta. Lo que no sé es si desbancaría a alguna de la lista. Tal vez a la de Corman, que la incluyo más que nada por respeto, jejeje.
Es más, mira lo que dije de este película en mi libro Cine Zombi:
Si reconocido es el humor negro inglés en el mundo entero, ¿por qué no una parodia de algo tan serio y visceral como los muertos caníbales? Zombies Party – Una noche… de muerte (Shaun of the Dead, Edgar Wright, 2004) es una producción británica que volvía a despertar el interés por el tema, aunque enfocado desde una visión humorística, según el guión de Simon Pegg y el propio realizador. Obvio es, el título original es un juego de palabras, ya que Shaun es el nombre del personaje principal —interpretado por el también guionista Simon Pegg—, aparte de un innegable guiño al segundo filme de la saga de George A. Romero. Con Shaun, un tipo pánfilo y torpe, se inicia la trama en el pub Winchester Tabern, que frecuenta un día sí y otro también, junto a su inseparable y simiesco amigo Ed —Nick Frost—, para desgracia de su cansada novia Liz —la encantadora actriz Kate Ashfield—, que ansía estar a solas con él —el título del filme aparece pintado en la carretera, por cierto—. Ed es un amigo tosco, orondo y fétido repudiado por todos, hasta el punto de que los personajes que lo soportan tardan en percatarse de que hay un problema más acuciante a su alrededor que el mal olor y maneras de Ed: un virus que acaba con la vida de la gente. Por lo que le corresponde, Shaun es un absoluto desastre tanto para su novia como para Barbara, su madre —Penelope Wilton—, de la que nunca se acuerda. Pese a las manifestaciones alarmantes de muertos que caminan por las calles, Shaun y Ed no son conscientes de los hechos sobrenaturales hasta que unos muertos entran en su jardín y, después, en su domicilio. Así comprueban lo que advierten los locutores de televisión: los muertos se levantan de sus tumbas y sólo pueden ser devueltos a las mismas destruyendo sus cerebros y decapitándolos.
Las figuras titubeantes se van multiplicando en progresión geométrica, y la televisión dice que se identifican porque caminan con lentitud y tienen aspecto de desaseados. Las mordeduras, por demás, son fatales para las víctimas de turno. Pero Shaun, por una vez en su vida, tiene un plan… un plan que ni él mismo sabe cuál es. Tras encontrar convertido en muerto viviente dentro de la ducha a un tercer compañero de piso, marchan los dos amigos entre un océano de cadáveres ambulantes, para ir a recoger a su madre y padrastro, con la complicación adicional de que éste ha sido mordido y contaminado. Acompañado siempre de un bate de cricket, con el que la emprende a golpes con sus agresores, es acosado y escapa para llegar al domicilio en el que su novia vive con una pareja amiga. El vehículo se convierte en una lata de sardinas con todos ahora dentro, hasta que el padrastro fallece y se transforma, obligándolos a seguir a pie. Shaun desvela por fin su plan: ¡ir por enésima vez a su pub favorito para protegerse todos allí! Tras un cúmulo de incidencias, agresiones incluidas —como la del muerto que resulta clavado por un tubo a un árbol—, llegan a la altura de la última valla que separa su trayecto con la anhelada —sólo por Shaun— Winchester Tabern. La dolly consigue que la cámara se alce hasta divisar desde lo alto lo que espera tras la muralla: una legión de muertos que bloquean el paso.
La solución a su extrema situación es más clara que una mañana de estío: han de imitar los movimientos y expresiones para poder pasar inadvertidos, lo que consiguen a regañadientes. Una vez en el interior, y tras los consecuentes enfrentamientos, aguantan los envites de las insistentes criaturas. La madre de Shaun, que fuera mordida en el trayecto, se transforma y ha de ser eliminada por su propio hijo, en una secuencia que, analizada de forma aislada, es seria de principio a fin, con un sentido trágico total que destaca en el tratamiento general. Pese a los muchos esfuerzos, terminan por entrar por todos lados, y sólo la pareja de novios sobrevive a las mordeduras infecciosas, consiguiendo salir por un elevador del sótano —referente total a Romero— que los lleva a un exterior en el que los militares están diezmando a los muertos. En el epílogo, las aguas vuelven a sus cauces. La televisión narra el destino de los muertos vivientes, domados hasta lo indecible, integrados incluso en denigrantes concursos televisivos. Pese a estar ahora felizmente casado, nuestro héroe de tachuela guarda un as en la manga: en el cobertizo del jardín de su vivienda esconde a Ed en estado zombi, con el que emprende apasionantes partidas de videojuegos, obvio es, lejos de la mirada de su esposa.
Más que por lo que cuenta, el filme trasciende por la manera en que Edgar Wright lo cuenta, con un lenguaje moderno, sustentado en planos cortos y rápidos, movimientos bruscos con subrayados sonoros, cada vez que se impone una emergencia, lo que otorga una gran expresividad escénica, tanto en los momentos terroríficos como humorísticos —aunque más de lo último que de lo primero—, de ahí la gran conexión con un amplio abanico de público. Resultan sorprendentes algunos de los giros argumentales, como la toma de la pareja que parece besarse con pasión, hasta que vemos cómo a él se le cae la cabeza hacia atrás, debido a que ella lo está devorando por el cuello, justo cuando Shaun desvía su mirada para llevar a cabo el comentario jocoso de rigor. O cuando éste confunde a una muerta viviente con una colgada. Detalles de buen splatter despuntan de forma gradual, como banquetes de víctimas con destripamientos incluidos; o más originales, tal como aquél en que una muerta cae de espaldas y queda atravesada por un tubo. Al alzarse, veremos a través del agujero circular a los dos asustados amigos. El extenso equipo técnico de maquillaje, bajo el diseño de Jane Walker, se centró en una tipología clásica de muerto viviente, con los ojos casi en blanco y las bocas ensangrentadas, caminar irregular y lento, destartalados en su conjunto, en la línea de Romero, todo bien captado por la nítida fotografía de David M. Dunlap, que ni siquiera se recrea con las imágenes nocturnas de rigor hasta el desenlace, ya que predominan los diurnos durante el desarrollo de la trama.
De las abundantes anécdotas, destaca el hecho de que los extras que oficiaron de muertos eran en realidad admiradores incondicionales de la serie televisiva Spaced (1999-2001), dirigida por Edgar Wright e interpretada por la pareja Simon Pegg y Nick Frost. Innumerables guiños se operan tanto al cine de Romero como al género en sí. De entrada, es simpático el fastidio de Shaun por el hecho de que su amigo llame zombis a los muertos, en clara afinidad con Romero. Cuando se barajan posibles explicaciones para el horrible fenómeno que azota al mundo, se llega a decir que una sonda espacial entró en la atmósfera terrestre, a la manera que todos conocemos. Incluso el payaso de Ed no puede evitar decir por teléfono a la madre de Shaun: «Vienen a por ti, Barbara». Por otro lado, hay nombres de establecimientos y personajes que refieren a personalidades y personajes del género: Lucio Fulci —el más infatigable artífice del tema en Italia, como ya veremos—; John Landis —en el que nos detendremos motivados por dos piezas maestras del cine estadounidense del color—; Ash —nombre del personaje de Bruce Campbell en la trilogía de Sam Raimi iniciada con Posesión infernal—; además de, entre otros, Bub —nombre del resucitado inteligente de El día de los muertos—. Simon Pegg y Edgar Wright disfrutarían de sendos cameos, maquillados de muertos vivientes, en La tierra de los muertos vivientes; tanta devoción mostrada merecía un premio por parte de Romero. Por si fuera poco, el propio Pegg y Nick Frost serían ese mismo año protagonistas y participarían en el guión de un cortometraje desatinado, muy en su línea, titulado de forma estrambótica Danger! 50,000 Zombies!, realizado en formato vídeo por Jon Riley. En clave de comedia, y siguiendo las pautas de una guía, se nos ofrecen consejos muy útiles para identificar, combatir y acabar con los muertos vivientes, en el incómodo caso de que se alzaran de sus tumbas. Rodado en un rancho —para mayor seguridad de que no se escaparan los muertos—, estamos ante un vehículo más para lucimiento de la comicidad de sus autores y para delicia de sus seguidores, aunque aquí el horror sea lo de menos.
Estupenda review, muy de acuerdo en todo.
I'd imagine the whole world was one big machine. Machines never come with any extra parts, you know. They always come with the exact amount they need. So I figured, if the entire world was one big machine, I couldn't be an extra part. I had to be here for some reason.(HUGO)
Bueno felicidades y a por otros 40.000.
Y tambien felicitarte por el maravilloso reportaje que has escrito (Bueno la primera parte) sobre Carlos Aured en la revista scifiworld de este mes.
Lo unico que separa la bravura de la estupidez es un delgada linea
Revista que ya tengo pero que todavía no poseo![]()
Maese, por razones lógicas mi solidario hermanito ha leído antes que yo su primera parte de Carlos Aured. Pese a que es un poco lego en la materia (tiene sensibilidad pero va de a poco) ha quedado encantado y con ganas de más.
Bien transmitida LA PALABRA posee una potente carga viral, evidentemente.
En eso estaba mi hermano. Por cierto, acabo de subsanar mi error en El Hilo del Giallo. Es una cosa increíble, me levanté a la madrugada y estaba haciendo una lista de pelis de Darío para unos chavales del juzgado.
La pasión me jugó una mala pasada![]()
A las cinco de la mañana arranqué con la lista de Darío y otras del fantaterror italiano (consulté tu trabajo). Les llevé a unos amigos del tribunal unas reseñas y consejos de visionado, todo plasmado por escrito. No muy largo, tres carillas. Luego jornada de trabajo dura (hechos complejos que generaron reuniones varias) pero soportable gracias a la gratísima sensación del deber cumplido en horas tempranas: la gente estuvo receptiva a LA PALABRA como pocas veces
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Esas listas... ¿Ves?, en el fondo no dejan de ser una entrañable síntesis que degenera en un largo listado incontenible y desbordante de pasión. Es la punta de una lanza de oro que no tiene fin. Porque no sólo importa la punta, sino la lanza entera.
Sé que vos me entendés en la correcta medida.![]()
"People believe my folderol because I wear a turban and a black tuxedo [...] We're in show biz! It's all about razzle-dazzle. Appearances. If you dress nice and talk well, people will swallow anything."
"Waving the flag with one hand and picking pockets with the other: that's your patriotism. Well, you can have it." Alfred Hitchcock's Notorious.
"Listen to them... Children of the night! What music they make..!"
Recogimiento, concentración y sensibilidad. En otro orden, es como escribir en verano, con un sol caluroso, luz a raudales, con tinto de verano y la playa esperándote, o escribir cuando hay tormenta, lluvia, truenos... No es lo mismo.