Sé que no te gusta, Jane. Pero creo que ese pequeño cambio de registro lo merecía. Big Fish no destaca, como bien señalas, por su mala leche ni ironía (no deja de haberla en su conjunto, no obstante). Destaca por su emotividad, en mi caso es de esas películas que van directamente a nuestro "corazoncillo", aunque suene cursi la expresión. Me encanta su vitalidad, su metáfora sobre la vida, su optimismo... todo, absolutamente todo, me fascina.
Y ese final,Spoiler:
Lo dicho, es magia.