Los resultados de pruebas como estas son bastante predecibles.
Si ya es harto dificil diferenciar entre un Dolby Digital a 640kps y otro a 384kbps (por no decir... casi IMPOSIBLE), ¿cómo vamos a distinguir un Dolby a 640kbps de uno sin comprimir?
Mientras que la alta definición en imágen aún no ha tocado el "techo" sensorial que nos permita seguir apreciando diferencias, el audio de alta definición mejora por encima de nuestra capacidad. Es como tratar de distinguir una imagen de 16 millones de colores, de una de 16 billones de colores. El umbral de percepción ya se superó hace tiempo a la hora de almacenar audio digitalmente y las mejoras solo pueden venir de mejores mezclas o mejoras en transductores o acústica.