Me ha parecido algo inferior a sus dos trabajos anteriores, probablemente por su abultado metraje y escenas estiradísimas. Aún así, los actores lo dan todo (hacía tiempo que Mel Gibson no estaba tan convincente) y el estilo cortante y fibroso de Zahler le otorga mucha personalidad. Ojo a la fugaz presencia de Udo Kier, todo un icono del cine explotation de los 70.