Por un lado me disgustó. Me apetece mucho verla.
Por otro no me gustó. Los cines lo están pasando mal, y más de uno va a cerrar.
Pero me gusta ser optimista: es el momento de que las productoras y distribuidoras con buenas películas que normalmente no pueden acceder a muchas pantallas porque las majors las monopolizan obligando a cuotas por poner el último éxito, se aprovechen de la ocasión y le ofrezcan a la gente otro tipo de cine, otros títulos, y otra perspectiva.
Evidentemente no va a ir la misma cantidad de gente, ni mucho menos. Pero tampoco iba a ir con los grandes títulos. Y la ocasión es propicia.
Espero que sepan aprovecharlo con títulos y filmes adecuados. Muchas salas van a quedar libres.