Es así, Antonio. Eso que surge de Cinefania..y del libro que he referido, se vincula a una etapa muy buena de la televisión argentina. Casi quince años en que se pasaban -no en las mejores condiciones, claro está- todos los grandes clasicos. Pasabas de John Ford a Ishiro Honda en una misma tarde. Uno lee ese libro y no puede creer lo que se transmitía.
Por ejemplo, el Dracula de Bela se conoció en estos ciclos en el año 1970, y sólo por televisión, dado que nunca había sido estrenado en cines.
El libro del dúo argentino cuenta detalles acerca de que estas pelis por tv eran un evento muy exitoso, y permitió conocer, a fines de 1969, específicamente, a los monstruos clásicos de la Universal.
Una pena que de esa gran generación de espectadores no surgiera director de género alguno. Sólo cinéfilos desperdigados con poca recepción en la politica cultural del país.
A mi me formó la gente que accedió a estos programas de televisión. Luego dependió -o depende de mí- desarrollar, mejorar y transmitir el conocimiento o la pasión de esto que tanto amamos.
Si te fijas, en Cinefania misma, poco se habla de las virtudes del escaso o nulo cine de genero hecho en Argentina. Se centra en las producciones hechas fuera de la frontera en todas las épocas.