Mi inglés es medio, lo suficiente para no liarme con el argumento. Pero es una obra tan maravillosa que sin saber ni papa puedes disfrutar como un enano, como cuando éramos pequeños y veíamos viejas películas en la tele en las que las canciones no iban subtituladas.
Mención aparte Catherine Z Jones, absolutamente deliciosa bordando un papel que parece hecho a su medida. Me sorprendió su simpatía (dentro y fuera del teatro) y su voz de cazallera.
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