Pero de eso va la arqueología, jajaja, de reconstruir la historia. Hoy en día podemos ver los programas de Chicho y gustarnos más o menos, pero una buena parte de su trascendencia fue que fueron innovadores y transgresores. Y ser innovador y transgresor significa que siempre vas a tener a alguien enfrente. Y eso que Viriato adoraba a Chicho, y son más sus críticas positivas que las negativas.
Contextualizar la obra de cualquier cineasta, cualquier autor y/o artista en general, es esencial para paladearla en su justa medida. Eso lo sabemos todos a los que nos gusta el cine más allá de como espectáculo de entretenimiento del momento, y creo que este foro está lleno de foreros de este perfil.
Más allá de Viriato y de sus críticas televisivas, basta con hojear cualquier página hacia adelante o hacia atrás de cualquier ejemplar de un periódico, para ver lo radicalmente diferente que podía ser una sociedad. Da igual el tema, y no digamos en política: la publicidad, los carteles de cine, las crónicas y críticas de cualquier acontecimiento. Y esto en los 60. Hacia atrás... Las hemerotecas son una gozada, al menos para mí.