Está guapa, he disfrutado la película; hasta me he emocionado con los logros de este "loco" británico, Eddie Edwards. No obstante, si me paro a reflexionar, me doy cuenta de lo estrafalario que es el personaje y comprendo la incomodidad, el disgusto de los responsables del equipo olímpico británico. No sé cómo es el Edwards real; el de la película raya el retraso mental. El que me cautivó, el que habría deseado que fuera el protagonista, es el genio del finlandés volador, Matti Nykänen, interpretado por un Edvin Endre que es como estar viendo otra vez de joven a Charley Boorman. ¡Ah! Buen papel de Hugh Jackman y buenos efectos visuales.