Yo la he visto en los Yelmo de Barakaldo. Aquí en Vizcaya parece que han levantado ya el "embargo".
Tiene momentos sublimes, pero he salido con la sensación de que:
1-Malick tiene un cacao mental considerable.
2-Utiliza durante gran parte de la película el mismo recurso narrativo (rodar y rodar "momentos", que unidos por un montaje muy elaborado, eso sí, dan lugar a las emociones). Algunas veces lo consigue ( y se te pone los pelos como escarpias), y otras veces no.
En mi sala si ha habido deserciones, sobre la mitad de película, y sobre todo, en el tercio final, cuando la peli se ha embalado de nuevo en imágenes sin dialogo, que ha terminado de "enervar" a los espectadores menos pacientes. Me preguntaba, para mis adentros, si el espectador medio actual tendría que ver el Solaris de Tarkovsky en cine, le daría un ataque de tendinitis aguda
Un saludo.