La aversión a los twists de Shyamalan es algo que nunca he compartido.
Me parecen guiños traviesos. Una guinda que pese a quitarla no afectaría nada al pastel que se nos ha servido.
Me molestan más aquellas películas con giros cada veinte minutos que buscan reformular la naturaleza de la trama (con su consiguiente tramo de exposición).
Eso en el cine de Shyamalan no pasa. Sus películas respiran y sus personajes importan.




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