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Tema: El callejón de las películas perdidas

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  1. #1
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    Lewton’s Last Stand...

    APACHE DRUMS (1951)

    T.O.: TAMBORES APACHES




    Copyright 1950 by Universal Pictures Company, Inc.

    Producción: Universal-International Pictures Co., Inc.

    Distribución: Universal Pictures Co., Inc.

    Productor: Val Lewton.

    Director: Hugo Fregonese.

    Guion: David Chandler, basado en una historia original (“Stand at Spanish Boot”) de Harry Brown.

    Fotografía: Charles P. Boyle, en Technicolor (1.37:1).

    Dirección artística: Bernard Herzbrun y Robert Clatworthy.

    Decorados: Russell A. Gausman y A. Roland Fields.

    Música: Hans J. Salter.

    Montaje: Milton Carruth.

    Duración: 76 minutos.

    Reparto: Stephen McNally (Sam Leeds) y Coleen Gray (Sally) + Willard Parker (Joe Madden), Arthur Shields (Reverendo Griffin), James Griffith (Teniente Glidden), Armando Silvestre (Pedro-Peter), Georgia Backus (Señora Keon) y Clarence Muse (Jehu).

    Rodaje: del 3 de agosto al 6 de septiembre de 1950.

    Estreno: abril de 1951.

    Presupuesto: 395.000 dólares.

    Recaudación (en EUA y Canadá): 1.400.000 dólares (Variety, 2 de enero de 1952).



    ...

    Coordenadas espacio / temporales:

    Spanish Boot, Territorio de Nuevo México, EUA / 1880



    APACHE DRUMS significó el decimocuarto (y último) largometraje producido por el gran Val Lewton (1904-1951), además de su único wéstern y el primero que rodó en Technicolor.



    Después de su (obligada) salida de la RKO en 1946 y de la travesía por el desierto que supuso su (efímera y escasamente gratificante) estancia primero en la Paramount (MY OWN TRUE LOVE (1949)) y posteriormente en la MGM (PLEASE BELIEVE ME (1950)) Lewton tuvo la suerte de recalar en la Universal donde hizo muy buenas migas con el director argentino Hugo Fregonese (1908-1987), quien se había convertido en uno de los favoritos del productor Leonard Goldstein (1903-1954) – a quien estoy dedicando un subhilo que ahora mismo está en barbecho, pero que espero reabrir en breve si la salud y el tiempo (climatológico) lo permiten... – tras colaborar con él en MURALLAS DE SILENCIO (1950) y SADDLE TRAMP (1950), este último también su primer wéstern (el género donde más se prodigó) y su primera película en three-color Technicolor.



    - Faith Domergue (1924-1999) y Hugo Fregonese (1908-1987), que estuvieron casados entre 1947 y 1958. -

    Aunque en los títulos de crédito se indique que el guion de David Chandler (1912-1990) – sobrino del famosísimo Raymond Chandler (1888-1959) – se basa en una historia original del excelente escritor y guionista Harry Brown (1917-1986) – su primera novela, “A Walk in the Sun” (1944), fue inmediatamente llevada a la gran pantalla con el mismo título y con libreto de Robert Rossen > WALK IN THE SUN (1945), de Lewis Milestone – lo cierto es que la misma toma como base un hecho real acontecido durante la denominada “guerra de Victorio” (1879-1880) entre el mencionado caudillo apache chihene y los ejércitos combinados de los EUA y México y que se zanjó finalmente con su muerte.



    Lewton, que moriría poco antes del estreno de la película a los 46 años, no parecía a priori la persona más idónea para encargarse de un wéstern, género totalmente ajeno a su personal e intransferible mundo fantástico (¿o no?) de luces y de tinieblas, pero lo cierto es que el productor se manejaba como pez en el agua en todo tipo de películas incluso aunque contasen con presupuestos indignos de su talento.

    Lo que no se entiende es que Lewton se viera obligado a trabajar con un presupuesto muy inferior al de las producciones de Goldstein, que no eran precisamente A, pero tampoco B, aunque sí muy rentables.

    De hecho, y aunque nunca llegó a saberlo, APACHE DRUMS se convirtió en un gran éxito de taquilla, como tal y como indico en la ficha técnica que precede al presente comentario.

    Pero no solo fue un éxito económico sino también (y principalmente) artístico gracias a la excelente sinergia que se estableció entre la puesta en escena de Fregonese y la atmósfera cuasionírica de Lewton.



    El director pudo contar con muchos de los colaboradores de sus dos primeras películas, siendo especialmente destacable la espléndida fotografía en Technicolor del veterano Charles P. Boyle (1892-1968) - con el que Fregonese trabajó en todos sus wésterns salvo THE RAID (1954) – así como la escenografía del igualmente venerable Bernard Herzbrun (1891-1964).

    En el primer apartado APACHE DRUMS bien podría considerarse uno de los wésterns más creativos desde el punto de vista cromático hasta el estreno de la obra maestra de Nicholas Ray, JOHNNY GUITAR (1954), especialmente en su tramo final con el ataque de los apaches a la iglesia en la que se han refugiado los supervivientes de la pequeña población de Spanish Boot.



    En el segundo, y es donde más y mejor se puede apreciar el inimitable toque Lewton, el diseño yo diría que expresionista de dicha iglesia y donde el dúo Fregonese/Lewton se permite la audacia no solo de usar esos colores irreales (y, por tanto, más afines al ideario del segundo) a los que acabo de hacer referencia sino incluso la luz de las velas por parte de las mujeres una vez se ha ocultado el Sol como única iluminación, o sea, muchos años antes de que Stanley Kubrick hiciera lo propio en BARRY LYNDON (1975).



    Y no solo en esto último es precursora APACHE DRUMS sino que el inicio de la misma parece todo un antecedente del de CENTAUROS DEL DESIERTO (1956), de John Ford, con el reverendo Griffin (el – y ya es casualidad – fordiano Arthur Shields) abriendo la puerta de esa iglesia que se convertirá en el punto focal de la acción en su magnífico tramo final.



    E igualmente la marcha militar que entonan los supervivientes para contrarrestar los incansables tambores apaches (de ahí el título de la película) lo es de una escena muy similar en la excelente cinta de aventuras ZULÚ (1964), de Cy Endfield.



    APACHE DRUMS forma parte además de esa corriente de películas proindias que se había iniciado con FLECHA ROTA (1950), de Delmer Daves (del que estos días estoy revisando sus melodramas, que forman el tramo final de su carrera), aunque de una forma mucho más sutil hasta el punto de dicho alegato sobre el exterminio de las poblaciones indígenas bien pudiera pasar desapercibido, otro ejemplo perfecto del arte de sugerir tan caro al productor de origen ruso.

    De hecho, la figura de Victorio solo asoma tangencialmente a mitad de la película, momento en el cual es herido (más tarde sabremos que de muerte) a manos de Sam, pero a instancias del reverendo Griffin.



    No obstante, tampoco se obvia la crueldad de los apaches hacia sus enemigos como cuando estos masacran al grupo de “mujeres de vida alegre” que es expulsado de Spanish Boot por las autoridades “bienpensantes” de la localidad (otro guiño fordiano, en este caso al inicio de la mítica LA DILIGENCIA (1939)), hecho que es descubierto por Sam cuando es objeto del mismo tratamiento y que queda brutalmente explicitado en el diálogo entre este y el moribundo Jehu (Clarence Muse).





    Además el (aunque no lo parezca) notable libreto de Chandler/Brown crea una galería de personajes ciertamente ambiguos, destacando especialmente el villano/héroe de la función, el tahúr (y experimentado tirador) Sam (un excelente Stephen McNally, que venía de interpretar el que tal vez sea su papel más conocido, el de hermano parricida de la espléndida WINCHESTER 73 (1950), de Anthony Mann),…



    ... el fanático (pero pragmático) reverendo Griffin (el mencionado Shields)…



    ... y el alcalde/herrero (otro...) de la localidad, Joe (Willard Parker),…



    ... el primero y el tercero enamorados de la heroína, Sally (la preciosa Coleen Gray, cuyo papel más recordado, a pesar de su brevedad, también tuvo lugar en un wéstern, encarnando a la novia muerta a manos de los indios del futuro (y amargado) terrateniente Tom Dunson (John Wayne) en la obra maestra RÍO ROJO (1948), de Howard Hawks… otra cinta que espero comentar en breve después de haber hecho lo propio con ANGEL AND THE BADMAN (1947), de James Edward Grant, la primera película postbélica del westerner por excelencia…).





    Uniendo estos dos últimos apartados, otro de los personajes más atractivos es el del indio Pedro-Peter (Armando Silvestre) que trabaja como explorador para el ejército y que no solo recibe el (lógico) desprecio de los suyos sino también el de las blancos con los que convive.



    A este respecto destaca el personaje del teniente Glidden (James Griffith) que mantiene una estrecha amistad con el anterior y que demuestra mucha más humanidad que el contumaz reverendo Griffin.



    APACHE DRUMS es un excelente wéstern donde puede apreciarse al mejor Lewton de joyas como LA MUJER PANTERA (1942), I WALKED WITH A ZOMBIE (1943) o ISLE OF THE DEAD (1945) usando el color de igual forma que antes lo había hecho con el blanco y el negro (y los grises).

    Es una lástima que Lewton no pudiera asistir al estreno de esta pequeña joya del género, digno epitafio a una carrera excepcional y a uno de los cineastas más originales que nos ha proporcionado el Séptimo Arte.



    Buenas noches y, buena suerte.





    Anexo I:

    Las 14 películas como productor de Val Lewton (en riguroso orden cronológico [por fecha de producción, no de estreno]):

    Para la RKO:



    Para la Paramount:

    1947, MY OWN TRUE LOVE, Compton Bennett

    Para la MGM:

    1949, PLEASE BELIEVE ME, Norman Taurog

    Para la Universal:

    1950, APACHE DRUMS, Hugo Fregonese

    Anexo II:

    Wésterns cuyo protagonismo gira en torno a los principales caudillos apaches:

    Cochise (muerto en 1874) > 1950, FLECHA ROTA, Delmer Daves > Encarnado por Jeff Chandler

    Victorio (muerto en 1880) > 1951, APACHE DRUMS, Hugo Fregonese

    Geronimo (muerto en 1909) > 1962, GERÓNIMO, Arnold Laven > Encarnado por Chuck Connors


  2. #2
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    En el segundo, y es donde más y mejor se puede apreciar el inimitable toque Lewton, el diseño yo diría que expresionista de dicha iglesia y donde el dúo Fregonese/Lewton se permite la audacia no solo de usar esos colores irreales (y, por tanto, más afines al ideario del segundo) a los que acabo de hacer referencia sino incluso la luz de las velas por parte de las mujeres una vez se ha ocultado el Sol como única iluminación, o sea, muchos años antes de que Stanley Kubrick hiciera lo propio en BARRY LYNDON (1975).

    No he visto la película, pero si tengo que juzgar por la captura, eso de "única iluminación" no lo parece: esa vela nunca podría iluminar la pared y la mujer de esa manera. O sea que no veo el parecido con el Kubrick de Barry Lindon.

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    ... el fanático (pero pragmático) reverendo Griffin (el mencionado Shields)…

    El hermano de Barry Fitzgerald, con el que compartía reparto en la fordiana The Quiet Man.

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    Las 14 películas como productor de Val Lewton (en riguroso orden cronológico [por fecha de producción, no de estreno]):

    Para la RKO:



    Para la Paramount:

    1947, MY OWN TRUE LOVE, Compton Bennett

    Para la MGM:

    1949, PLEASE BELIEVE ME, Norman Taurog

    Para la Universal:

    1950, APACHE DRUMS, Hugo Fregonese


    He visto las 11 de RKO, pero ninguna de las tres restantes. Entre las de la RKO hay una que rompe la armonía del conjunto: Youth Runs Wild, un film moralista sobre la delincuencia juvenil y la falta de atención de los padres hacia sus hijos bastante prescindible. El resto, magnífico en general, incluida Mademoiselle Fifi, basada en dos relatos de Guy de Maupassant; uno de ellos, "Boule de Suif", estaba en la base argumental de la fordiana Stagecoach.

  3. #3
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje

    He visto las 11 de RKO, pero ninguna de las tres restantes. Entre las de la RKO hay una que rompe la armonía del conjunto: Youth Runs Wild, un film moralista sobre la delincuencia juvenil y la falta de atención de los padres hacia sus hijos bastante prescindible. El resto, magnífico en general, incluida Mademoiselle Fifi, basada en dos relatos de Guy de Maupassant; uno de ellos, "Boule de Suif", estaba en la base argumental de la fordiana Stagecoach.
    Me pasa igual, creo si mal no recuerdo que todas las de la RKO me han gustado, en general mucho, las que no he visto son la de la Paramount y la MGM.

  4. #4
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    "Tambores apaches", western que nunca había visto y que gracias al comentario tan positivo del compañero Alcaudón, me he animado a darle un vistazo.

    Ciertamente es un western menor, de serie "C" o mas para abajo... ya que el presupuesto es paupérrimo, no hay ni una sola estrella en el reparto, la precariedad de extras, decorados y demás se notan a la legua. Lo raro es que dieran luz verde a filmarla en technicolor, y eso ya la pone en un plano superior, igual que filmarla en escenarios naturales, le da un tono de filme abierto y realista, con una maravillosa fotografía, que parece que acaba de ser rodada, con esos paisajes desérticos que tanto me gustan a mi, con sus cactus, rocas...

    El pueblucho ese con cuatro casas de adobe, la herrería, la sala de las chicas de vida alegre y la iglesia, llamado Spanish boot, no es desde luego un sitio ideal donde irse a vivir... porque además los habitantes son muy puritanos, racistas y con una buena tendencia al linchamiento, como digo, en ese aspecto los personajes no son muy positivos, ni desde luego se dejan querer, sobre todo ese reverendo que te da una de cal y otra de arena... y tampoco se puede fiar mucho del alcalde-herrero-veterinario, que hace abuso de poder cuando le conviene.

    Pero bueno, lo importante, y eso ya se va mascando en la trama, es ese acoso de los indios mezcaleros, que están sedientos de sangre y hambrientos y parecen desatados. Matando a todo humanos que se encuentran por ahí.

    La parte final es lo mejor de la película: el asedio de los indios a la iglesia del pueblo donde se han encerrados todos los personajes, da un ambiente de terror auténtico, como si en vez de indios fueran a ser invadidos por hombres lobos o vampiros o cualquier otro monstruo... todas esas escenas me gustaron mucho, y cada indio iba de un color, pintado como los antiguos playmobil de los 70... supongo que en la época para dar mucho mas miedo, porque el que iba de pintado todo de rojo, me dió yuyu hasta a mí, en pleno 2025...

    En definitiva, agradable película, bien producida y dirigida, que no pasa de la hora y cuarto y se deja ver en cualquier momento.

  5. #5
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    Programa doble dedicado a uno de los mejores actores de la historia del cine, o al menos uno de mis preferidos: James Mason.

    Cautivos del terror (Cry Terror!, 1958), de Andrew L. Stone



    Escrita, dirigida y producida (junto a su esposa Virginia) por Andrew L. Stone, Cry Terror! es, dentro de su sencillez, una película muy estimable, perfectamente adscribible a un cierto cine negro de serie B, muy de los años cincuenta.

    De entrada le saca partido a un reparto cuajado de actores expertos, desde el gran James Mason a Rod Steiger, pasando por secundarios habituales del cine negro, como Neville Brand, Jack Klugman, Kenneth Tobey o Barney Phillips, todos ellos vistos a menudo en la televisión de la época. Pero por encima de los actores, merece la pena destacar a las dos actrices: la malograda Inger Stevens, actriz sueca con un trágico final, en el papel de la señora Molner, esposa de James Mason,



    y una fascinante y temible Angie Dickinson.



    El argumento es de lo más extremo y rocambolesco: un grupo de delincuentes, capitaneados por Steiger, planea extorsionar a una compañía de aviación amenazándola con hacer explotar una bomba en uno de sus aviones en pleno vuelo.



    Para ello se han servido de Jim Molner (Mason), un pardillo que se deja convencer por su antiguo colega del ejército, Paul Hoplin (papel que Steiger interpreta con sombría concentración), para fabricar los explosivos con el engaño de que por medio de ellos, a modo de muestras, conseguirá un trabajo lucrativo.

    Para garantizar que todo salga como tiene planeado el meticuloso Hoplin, raptan al matrimonio Molner y a su pequeña hija. Los separan, de manera que la mujer se ocupará de recoger el dinero (medio millón de dólares) y Molner y la niña quedan bajo vigilancia de los personajes de la Dickinson y Klugman.

    Como no podía ser de otra manera con Neville Brand en el reparto, este encarna un psicópata drogadicto que, a la mínima ocasión, intentará violar a la señora Molner.



    Por su parte, Hoplin se plantea toda la operación como un juego de astucia con el FBI, lo que da lugar al clásico procedural, en que los agentes de Hoover han de trabajar contra reloj para localizar a los Molner, sirviéndose de todos sus recursos.

    Stone hace uso de numerosos primeros planos (incluso algunos primerísimos planos), con lo que parece plegarse a la tendencia televisiva de la época. Al mismo tiempo, dota a la película de un buen ritmo, con abundantes secuencias rodadas en exteriores (en especial, un recorrido en coche de Joan Molner por las atestadas vías neoyorquinas con el tiempo justo para evitar que maten a su marido y a su hija), acumulando un gran número de acontecimientos en su hora y media de duración, para acabar con una tensa persecución en los túneles del metro de Nueva York. Vale la pena su visionado.

    Llamada para un muerto (The Deadly Affair, 1967), de Sidney Lumet)



    Se trata de una de las producciones británicas rodadas por Lumet, como la anterior The Hill y la posterior The Offence, ambas con Sean Connery, para mí superiores a esta. Adapta la primera novela de John Le Carré, “Call for the Dead” (1961), en la que debuta el personaje de George Smiley, aunque para la ocasión pasa a llamarse Charles Dobbs. El guion es de Paul Dehn, responsable poco tiempo antes del de The Spy Who Came in from the Cold, film de Martin Ritt, en el que aparecía Smiley por primera vez en la pantalla, encarnado por Rupert Davies.

    Dobbs, un gris funcionario del MI5 (como solían serlo los espías de Le Carré o de Greene, fueran del MI5 o del MI6) interpretado por James Mason con la sobriedad habitual, se ve forzado a investigar una trama de espionaje a partir del momento en que un miembro del Foreign Office es delatado como comunista, lo cual conlleva su aparente suicidio.

    Acompañado de un policía retirado, Mendel (Harry Andrews),



    sigue las confusas pistas que arrancan de la viuda del muerto (interpretada con aplomo por Simone Signoret) y acaban apuntando a un personaje inesperado (para Dobbs, aunque el espectador sospecha el desenlace desde mucho antes del final).



    En paralelo, Dobbs vive una crisis matrimonial, porque su esposa, Ann (la bergmaniana Harriett Andersson), mucho más joven que él, mantiene un afer amoroso con Dieter Frey (Maximilian Schell), un viejo amigo que colaboró con Dobbs durante la guerra.



    Más que la trama, algo confusa como mandan los cánones del cine de espías, muy alejada del estilo Bond, destaca la magnífica fotografía de Freddie Young, concebida mediante un tratamiento denominado “colorless color” que dota al film de un tono marronoso, oscuro, sucio, muy adecuado a la narración.

    En el capítulo negativo, hay que destacar que la pareja Andersson-Mason carece de toda química y resulta de lo más inverosímil. Además, la banda sonora, firmada por Quincy Jones, es de lo más inadecuada, incluida la reiteración de un meloso tema de bossa nova a cargo de Astrud Gilberto, que suena completamente fuera de lugar en el grisáceo ambiente londinense (no sé si se incluye con la intención de buscar el contraste o porque algo en el texto de Le Carré sugiere su uso, aunque lo dudo).



    Un buen ejemplo de que el cine de espías de los 60 era algo más que las coloristas aventuras pulp de James Bond.

  6. #6
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    Excelentes aportes.

    A mí también me gustaba mucho Inger Stevens. La recuerdo de un (pequeño) clásico de la CF como es THE WORLD, THE FLESH AND THE DEVIL (1959), de Ranald MacDougall, otro guionista reciclado en director. La editó en su momento (2010) L'Atelier 13 Pictures dentro de su famosa colección "Lo mejor y lo peor del cine de ciencia ficción" (LA 056).


  7. #7
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    Mudar de vida (Mudar de vida, 1966), de Paulo Rocha



    A pesar de la proximidad geográfica y cultura, tengo la impresión de que, en general, el cine portugués es un gran desconocido para nosotros, lo que comporta que suela estar ausente de este foro. Reconozco que, salvo algún film de Manoel de Oliveira, poco más he visto de cine portugués.

    Precisamente, Paulo Rocha es el director de uno de esos escasos ejemplos. Hace cosa de un año vi Os verdes anos, film de 1963, que me pareció notable. Esa buena impresión la confirma este Mudar de vida. Como aquel, rodado en un bello blanco y negro, el film nos cuenta el retorno a su aldea junto al mar de Adelino, que ha estado unos años en Angola.



    A su vuelta se encuentra con que su antigua novia, Júlia (Maria Barroso), se ha casado con su hermano y tiene dos hijos.



    Adelino, que arrastra una dolencia física como resultado de la vida en el ejército en África, no encuentro su sitio. Ya no tiene fuerza física para participar en las labores de pesca con las traineras.



    Además, no supera el verse sustituido por su hermano en la relación con Júlia. Para acabar de redondear un panorama desolador, el mar está avanzando cada vez más, hasta el punto de poner en peligro las pocas casuchas que sobreviven en el litoral, poco más que unas barracas.

    En la parte final de la película, en paralelo a una enfermedad que parece mortal de Júlia, justo cuando su marido había conseguido una casa en el pueblo, Adelino entabla relación con Albertina, una mujer de carácter, que quiere ser libre y piensa en dejar la zona y emigrar, quizá, dice, a París. A pesar de que parece que se consolida el vínculo, el film termina sin que tengamos claro que la pareja vaya a seguir junta en el futuro.



    Un film melancólico, con un cierto aire documental a la hora de reflejar el paisaje, el paisanaje (la fiesta de San Juan, los bailes y las canciones, casi un estudio etnográfico) o las labores de pesca, servido con un bello trabajo fotográfico. Inevitable, en algunos momentos, recordar La terra trema de Visconti.
    Última edición por mad dog earle; 30/06/2025 a las 22:14

  8. #8
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    Las pocas pelis de Rocha que he visto son, como tú dices, melancólicas, pero tienen mucha poesía. O rio do ouro no la recuerdo bien pero la recuerdo muy hermosa.

  9. #9
    gurú Avatar de Otto+
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    Predeterminado Re: El callejón de las películas perdidas

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    Lewton’s Last Stand...

    APACHE DRUMS (1951)

    T.O.: TAMBORES APACHES

    Un western que en sus secuencias de interiores parece bastante claustrofóbico, ¿no, Alcaudón?
    Tiene buena pinta, y si hay "ambigüedad" todavía más.

    PD: Saludos. A ver si me reincorporo al hilo....

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