"Rebelde sin causa" me gustó, aunque diría que vista hoy, puede pecar de un poco ingénua en su exposición. Los temas a tratar en la película eran tremendamente controvertidos, y Ray no se expuso demasiado a la acción de la censura, ni que le tildaran como a Kazan. Y supongo que tampoco querría ser un chivo expiatorio como el director de "La ley del silencio".
Sin duda la peor de todas las que componen su filmografía es "55 días en Pekín" en la que se puso a las órdenes de un supersonservador Bronston que le manejó como a un guiñapo. Tal como maneja hoy en día Bruckheimer a Bay.
Bueno y también se puso al servicio de Heston, que por lo visto, no le gustó mucho la elección de Ray, como director.