Bueno, vista y sin ser mala película, creo que es muy prescindible. En el fondo no es más que un capítulo de Black Mirror demasiado largo, con unos personajes cuya trayectoria emocional no tiene sentido a lo largo de la peli. La peli está plagada de Redherrings y Macguffins y al mismo tiempo otras veces te explica las cosas como a los tontos (o como la mayoría de películas de Hollywood)

El personaje de John Boyega parece que está por estar y si se quita de la peli tampoco hubiese pasado nada, y el de Karen Gillian prácticamente lo mismo.

Me quedo con lo bien llevado que está el hecho de intentar enmascarar con buenrollismo las Orwelianas cosas que van diciendo, sobre todo al principio de la peli.