Como novelista, tiene obras que me han gustado y otras que he consumido y luego olvidado rápidamente. Pero como articulista le veo una tendencia a hacerse el gracioso ridiculizando a diestra y siniestra.

No se si conoceis el caso de una plataforma ciudadana que surgió en Barcelona hace unos años, que pedía que la calle Séneca fuera rebautizada como "calle de Ana Frank". A Don Arturo le faltó tiempo para escribir un artículo en donde ridiculizaba la idea. La lástima es que no se informara antes: en la citada calle existía -no se si aún existe- una conocida libreria neonazi. Los vecinos lo único que querían era, con ese pequeño gesto, atraer la atención sobre ese centro de divulgación de odio, y no establecer un ranking de notoriedad sobre quien se merece aparecer en un nomenclator y quien no.

Eso si, el amigo tiene un pico de oro (o una pluma afilada, mejor).

Saludos