El homenaje al BRAZIL de Gilliam es muy evidente, y los Wachowski ya se han encargado de que no sea una cuestión subjetiva ni debatible; cuando la veas, ya entenderás por qué lo digo.
Pero, ¿un homenaje a una película interesante hace a esta JUPITER ASCENDING interesante? Es un guiño que no cumple más función que la del propio guiño y, en consecuencia, lo único que consigue es distraer y contribuir a la naturaleza episódica de la peli, que no es algo que la favorezca precisamente. Entiendo que es una decisión deliberada por parte de los propios autores, esto es, esa fragmentación no es ningún "error" sino una opción creativa, pero a mí no me funciona. Hace un par de días leía una crítica de uno de los colaboradores de la web Ain't it Cool News en la que la describía, de forma muy certera a mi parecer, como la peli que podía resultar de poner una cámara rodando a unos niños de 8 años que jugaran en el patio del colegio inventando la historia sobre la marcha, en plan "¿Vale que ahora había unos dinosaurios con alas y la raptaban? ¿Y vale que ahora había un policía intergaláctico con ADN de abejas? ¿Y vale que...?" Curiosamente, y para demostrar que en una misma peli hay tantas películas como espectadores, el autor de la reseña confesaba que le había encantado, entre otras cosas, precisamente por eso. En mi opinión, los Wachowski han intentado aquí repetir en cierta forma algo que ya hicieron en su SPEED RACER, algo que probablemente fue una de las razones fundamentales de su fracaso y que por el contrario, para mí, la hizo una peli singular y especialmente viva: abrazar sin ambages la simplicidad de su premisa y, sin hacer una película tonta ni para tontos, sintonizar con la "pureza" esencial de las sensaciones del niño que todos llevamos dentro. Pero mientras que en SPEED RACER eso estaba arropado por un guión destilado con precisión de metrónomo (la economía y precisión narrativa de sus primeros 15-20 minutos debería estudiarse en todas las escuelas de cine) aquí han ido un paso más allá y han abandonado cualquier necesidad de articulación coherente; y no solo en lo estructural, sino también en lo tonal, pasando del humor más bufo y almibarado propio de la factoría "teen" Disney al melodrama más histriónico del peor anime, pero siempre en ese registro de fábula tontorrona pretendidamente cómplice y con la ausencia de reglas internas de la fantasía "Young Adult" más nerd (contrariamente a lo que se da por supuesto por su temática y su aspecto de space opera, JUPITER ASCENDING es más una peli fantástica que fantacientífica, y no pretende nunca crear una ficción verosímil en nuestra misma "realidad" sino un mundo propio). Y a mí, desde luego, no me ha fascinado ni me ha entusiasmado como me ocurrió con aquella, sino que me ha chirriado y me ha irritado a lo largo de todo su metraje.
En mi caso, esa vertebración tan incoherente no es, tampoco, lo único que hace que la película no funcione. Siguiendo con el ejemplo de SPEED RACER, mientras que en aquella repitieron el "método Matrix" de recoger elementos preexistentes ajenos, meterlos en una batidora y convertirlos en una mezcla sorprendentemente nueva y propia, en JUPITER ASCENDING no hay nada de esa recombinación, tan sólo una recopilación de cosas ya vistas, "enumeradas" de forma muy derivativa y farragosa. Y también retoman de SPEED RACER esa falsedad intencionada, esa irrealidad tan de diseño que, a mi juicio, era perfecta para aquella, pero que aquí se convierte en otra distracción intrusiva más. Posiblemente también por decisión creativa, abandonan cualquier ánimo de integrar la acción real con la digital, y vemos a los personajes moverse constantemente por un "teatrillo" de hiper-realidad virtual HD, claramente sobreimpresionados contra un fondo en otro plano y con otra iluminación. El resultado es tremendamente falso y acaba con cualquier posibilidad de implicación emotiva por parte del espectador en la acción. En pocas palabras: te da completamente IGUAL lo que pase, porque esa narrativa tan caprichosa, deshilvanada e incongruente se combina con ese aspecto tan presente de video de alta definición en un videojuego de 2 horas en el que el espectador no participa sino que se limita a ver las framing sequences, los cinematics entre cada nivel del juego.
Y todo eso por no hablar de la planificación, en especial de las escenas de acción. ¿Qué fue de esos directores que sabían lo que era la "geografía" de una escena, que les importaba, que sabían engarzar cada plano compuesto al milímetro para que cumpliera con eficacia destilada su doble función, artística y narrativa? En JUPITER ASCENDING hay multitud de planos genéricos, planos que parecen dictados tan solo por el "¿Ya estamos todos?", planos insípidos y feos y que, además, resultan confusos montados. Creo que no recuerdo una sola escena, una pelea, una persecución, un barrido por un escenario, que simplemente "mole", que puedas decir "vale, la peli es una castaña, pero esto me lo llevo en la memoria y me lo voy a poner en bucle en casa".
Y luego está el tema de los actores... Pero, claro, qué podían hacer con ese material salvo ponerse en ridículo y cobrar el cheque.
Y hasta Giacchino, que hasta en sus peores trabajos es, como mínimo, un compositor eficiente y que cumple con oficio, nos atormenta aquí con una partitura que no parece tener más que un tono y un tempo y que no entiende de silencios. De nuevo, muy probablemente, lo que le pidieron los hermanos: Michael, ¿nos la puedes hacer todavía menos sutil, más bombástica e insoportable?
Así que ya ves, Campanilla, nada de que le tuviera ganas ni nada semejante; si te asomas a mi colección en mi firma, verás que puedo preciarme de ser bastante ecléctico, y lo mismo disfruto con lo más "sublime" y "elevado" que con ofertas del más puro escapismo y entretenimiento, y ni me sumo ni me dejo llevar por la crítica de nadie (aunque me encanta leer buena crítica, independientemente de que la comparta, porque me encanta pensar el cine, reflexionarlo, analizarlo). Y disfruto como un enano con pelis repudiadas por esa crítica y por el público, como ese SPEED RACER de los Wachowski o el SIGNS de Shyamalan, no por "oposición", no por postureo antagónico, sino, simplemente, porque las vi en su día y me gustaron, conecté y me emocionaron.
Con JUPITER ASCENDING sólo apreté los dientes durante la práctica totalidad de su metraje.