Ea, ea, ea... Superman se cabrea
El primer tráiler de 'El hijo' nos pilló a todos por sorpresa. Antes de este, James Gunn colgó en sus redes sociales una foto de un símbolo relacionado con la película que iba a presentar en la Comic-Con. Muchos lo relacionaron, erróneamente, con 'Berserk' y otros con un cómic de terror llamado 'Nameless'. Finalmente, se trataba de una idea original que James Gunn solo iba a producir y serían sus hermanos los que se encargaran del guion. Luego, salió el tráiler, y no dejó indiferente a nadie. Muy honesta en sus intenciones desde el principio, nos presentaba la sencilla, pero magnifica propuesta, de que sería lo que pasaría si Superman en lugar de hacer el bien se dedicase a hacer el mal (pero sin tener los derechos del personaje). Para los fans de los cómics, esto es conocido como un "What if...?" de manual, y es una idea que es imposible que no resulte atractiva con el subgénero de los superhéroes tan de actualidad. Lo que faltaba por ver era si la película estaba a la altura de su propuesta. ¿El resultado? Ahora veréis...
'El hijo' no se anda con rodeos. Es directa. Tan directa que ni siquiera se molesta en darle un trasfondo a sus personajes principales para que, más adelante, nos importe lo que les pueda ocurrir. Se agradece que películas comerciales de esta categoría no se crean más de lo que son y nos aburran con un inicio lento (pretendiendo ser más serias), pero lo que hacen Brian y Mark Gunn, es pasarse de frenada. Condenan la película. No tenemos antecedentes del niño protagonista ni de sus padres. Entiendo lo que se pretende, pero no funciona, sobre todo por culpa de un guion pobre.
David Yarovesky no ayuda encadenando una escena cotidiana tras otra sin ningún tipo de hilo narrativo. En gran parte de sus 90 minutos, 'El hijo' es una sucesión de escenas más que una película con su correspondiente ritmo. Es un síntoma bien claro de que el guion no está a la altura de su premisa y de que para explotar una premisa tan potente es necesario trabajar el guion en todos sus aspectos. Aquí han preferido tirar a lo fácil y cutre para llegar a los 90 minutos de rigor y aprovechar el tirón que tiene el cine de superhéroes hoy en día.
'El hijo' habría sido un corto excelente, una gamberrada muy divertida. De eso no tengo duda alguna, porque la película funciona cuando se enfunda el traje de parodia de 'El hombre de acero' o 'Superman' y alguna sonrisa te saca, así como también lo hace en sus escenas más brutas. Pero, claro, eso no da dinero. Las intenciones de Sony son tan claras que llegan al punto de indignar a un servidor. No estoy hablando de que la película no tome las decisiones correctas, estoy hablando de una falta de cuidado en sus personajes que destroza la película por completo, ya que los momentos más dramáticos acaban volviéndose intrascendentes y estos son una parte importante del film. Cuando se desata, como en sus brutales escenas gore (se nota que es el terreno del director), es genial. Un uso del gore espectacular y divertido, pero que apenas hace acto de presencia. Por no hablar de que un par de buenas escenas no convierten a una película en un producto que valga la pena.
La cinta oscila entre el cine independiente, el de superhéroes, la parodia y el terror. Suena genial, pero no funciona en ninguna de estas vertientes. Como cine independiente solo tiene buenas ideas, pero mal ejecutadas. Hay escenas muy terrenales y cercanas, pero el montaje, la dirección y el guion hacen que parezcan sacadas de otra película y no estén conectadas entre ellas. Como cine de superhéroes es regular y cuenta con un final muy cobarde. Un final que a más de uno le hará salir enfadado del cine al sentirse engañado. Y como película de terror, no es que roce el ridículo, es que lo toca con las dos manos. Los recursos que usa Yarovesky son vagos y denotan, de nuevo, una falta de ganas brutal. Principalmente se centra en utilizar el mismo recurso una y otra vez para asustar al espectador y usa "screamers" siempre que puede hacerlo. Pero de todo esto, me quedo con la que es desde ya una de las escenas más ridículas de 2019: La pesadilla del padre. No tiene desperdicio.
En definitiva, da algo de rabia que haya salido así este film cuando podría haber sido algo muy divertido. Los ingredientes están ahí. Tenemos un reparto que está genial, sobre todo Jackson A. Dunn (realmente clava el papel de niño demonio), David Denman y Elizabeth Banks. El protagonista, esta especie de Superman malvado, sobre el papel es muy molón. Tiene un buen diseño de personaje (esa máscara y esos ojos rojos en la oscuridad) y hasta su propia simbología. Todo esto, sumado a su mala leche y soberbia, podría haber dado a un gran personaje. Pero está desaprovechado. Una oportunidad perdida de hacer algo que realmente mereciese la pena y no un subproducto como este.
Desastrosa, ridícula y por momentos indignante.
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