Hola, me gustaría aportar a este estupendo hilo algunas de mis músicas y grabaciones más determinantes. Os dejo una de ellas: la balada número 4 Op.10 de Brahms. Una obra de un lirismo e intimidad perturbadoras, anticipando en algunas ocasiones incluso a un Debussy. Plenamente romántico la concisión, y la estructura ayudan a generar un ambiente único. Y para ello, nada mejor que la interpretación (palabra odiada por mí) del grandísimo Arturo Benedetti-Michelangeli, uno de los grandes intérpretes del piano en el siglo XX. Él era único, diferente. Su afán por la perfección misma, a partir de una técnica depurada hasta grado sumo, daba como resultado visiones perfectas, sonoridad plena, claridad abrumadora, acordes precisos y perfectos, tímbrica exquisita y riquísima, como no ha habido otro. Su aspecto siempre fue hosco, serio, sin concesiones a un público ávido de bises y bravos sin sentido. Era el terror de los programadores. Sus cancelaciones de última hora fueron habituales, y muchas veces por cosas verdaderamente importantes para la música, aunque dichas razones no solían llegar al público. Todo esto llevaba a sus detractores, que los tenía, como todo en este mundo, a criticar una frialdad y falta de hondura en lo interpretativo francamente destacable. Cierto es que yo siempre he echado de menos un cantabile más íntimo, más fraseado, menos mecanisista, pero para la historia quedará como un estilo irrepetible y un músico para el recuerdo que, formando un binomio con Celibidache, director de orquesta, encontró la horma de su zapato, y mucho más allá.




LinkBack URL
About LinkBacks
Citar