Porque es un maestro y un autor mayestático, y a un tipo con su libérrimo impulso creativo, su ilimitada competencia formal y su ambiciosa locura le compro lo que tenga a bien ofrecerme, tal cual me ocurría con Kubrick y demás referentes. Spielberg puede saltarse el eje en Jaws para disparar la intensidad dramática pero sabiendo que lo hace y, lo que es aún más importante, por qué lo hace.
Lo único que le sobra al Drácula de Coppola es el puñetero título. De Stoker, ciertamente y es innegable, conserva parte del armazón estructural y atmosférico y ciertos pasajes bastante literales pero todos sabemos que, a todos los efectos, esta propuesta es Francis Ford Copolla's Dracula (la errata es pretendida, sí

).
Hoy día, lamentablemente, especialmente en el circuito mainstream, lidiamos continuamente con indocumentados sin apenas formación respecto al material a adaptar o el mínimo conocimiento necesario para reinterpretarlo a conveniencia, juntaplanos sin el mínimo talento compositivo, o en el mejor de los casos, artesanos con cierto recorrido asfixiados por las productoras y sus constantes injerencias de mierda, atados con correa corta desde toda suerte de variables (formales, económicas, temporales y últimamente, también ideológicas).
Son pésimos tiempos para la lírica, en definitiva.