A mí me parece otra gran película de este director tan peculiar, me encanta como visualiza sus películas dotándolas de un aire raruno y mal rollero, con una fotografía espectacular y un especial cuidado en la elección de los actores. Desde luego calificar un film de este director como "comercial" es como asegurar que Transformers está basado en hechos reales, por muy cara que sea, eso Universal lo sabe, Eggers es una apuesta artística a largo plazo que saben se valora en entornos nada comerciales, el batacazo real es "Ambulance" que es la apuesta comercial, ni Blade Runner 2049 ni Dune se pueden considerar películas comerciales sólo por el precio que han costado. Personalmente me ha gustado mucho la división de actos, muy teatral, esos momentos monólogo en el que el personaje parece que habla al espectador y cómo introduce los momentos más movidos con sentido sin llegar al desmadre circense que ha alguno le hubiera gustado ver, su habitual tono lisérgico para narrar aspectos que van desde lo real a lo imaginario, en la mente de personajes sumergidos en sus primigenias creencias, tan básicas y sencillas como complejas en su desarrollo visual, donde muchas veces cuesta distinguir aquello que es real, de lo que no lo es. Tengo la sensación de que este director desea la participación del espectador no sólo ofreciendo su visión, sino la propia que uno pudiera extraer, lo que, al menos para mí lo hace más interesante, porque no te explica todo punto por punto como si el público fuera idiota. Eggers es un punto y a parte, para lo bueno y para lo malo, con su personalidad jamás va a hacer 500 millones de taquilla, no con este tipo de cine, ya hemos visto lo que sucedió con "El último duelo" otra gran película que tampoco encontró su público, la sobriedad, la seriedad y el desarrollo de historias con sentido no están de moda para la gran mayoría. Yo disfruto como un gorrino del cine que realmente es comercial, lo devoro sin piedad, pero un Eggers de vez en cuando, no sólo no hace daño sino que es absolutamente necesario en un momento tan especial como este, donde la corrección y la hipocresía se ha adueñado del sentido común.