Algo decepcionante. Entiendo que el atractivo de la película reside en la ambientación, en la escenografía, en esa larga de sucesión de potentes imágenes que existen entre lo folclórico, lo místico y lo telúrico, pero echo en falta más desarrollo. Lo cual no es una gran sorpresa en la filmografía de este director, pero en este caso, por simple y obvia, mientras veía la película me venía a la cabeza alguien como Nicolas Winding Refn, que curiosamente sí que es escandinavo.
Realmente es de esas películas que no contienen demasiado que uno no se imagine antes de verlas, y de hecho, si la primera versión de la historia si no recuerdo mal es un poema islandés, diría que la película en si tiene tan poco contenido (más allá de lo hermoso que sea el continente) que la asemejaría más a un poema que a una novela o a cualquier otra analogía literaria que acostumbremos a asociar con el cine. Lo que en sí no tendría por qué ser un demérito, es decir, a mí me gusta Gerry de Gus Van Sant, pero cuando en una película "de vikingos" hay escenas de combate en la ladera de un volcán con música étnica de fondo, creo que es normal sentirse así. Y cuando hay personajes que dialogan y que comparten escenas en la pantalla, creo que es de recibo que esos personajes no sean simples cáscaras que repiten muchas veces las mismas cuatro frases grandilocuentes que significan todas básicamente lo mismo.
Más allá de eso, visualmente me parece bastante imponente y todo eso, pero bueno, esa parte ya la daba por sentado. Yo espero que Robert Eggers no se quede aquí, que no se convierta en uno de esos cineastas que triunfaron una vez haciendo una cosa y a partir de ahí no hacen más que intentar repetirla. Veremos con su próxima película.