La VO diría que es imperativa, en el doblaje Oldman peca de excesivo y sobreactuado.
Muy de acuerdo contigo respecto a la negrita que te marco , es una obra cuyo texto y trama es muy teatral, y que Wright dinamiza con su milimetrica puesta en escena, que en esta ocasión deja de lado suntuosos movimientos de cámara -aunque alguno hay, evidentemente - y se dedica a trabajarse encuadres subyugantes de poderoso subtexto, casi conformando óleos con el uso de la luz en interiores -enorme Delbonnel ahí- o la distribución de elementos en el encuadre.
Magnífico Marianelli, erigiéndose en alter ego musical de Churchill -su música modifica al resto de temas, exactamente igual que el personaje- en el plano narrativo y desmarcándose con piezas palaciegas de exquisita elegancia.
En suma, otra joya de uno de las mayores talentos surgidos tras la cámara en el siglo XXI, autor de obligada referencia ya en cualquier antología moderna. Imprescindible.