Coincido que en la parte final se le cae la película, con esa escena PASTELOSA tan de manual... Aún así, todo lo anterior merece la pena, la brillantez y la ironía como dialogista de Sorkin queda patente en las escenas que comparten "los siete" en el tribunal, que nunca decae gracias a un montaje bien ejecutado. Los actores están premiables, en especial Mark Rylance y Frank Langella, quienes roban la función.