Una de las mejores películas de 2013. Así de claro. Exquisitamente rodada, montada y musicalizada (¿el mejor Zimmer en años?). El climax final es merecedor de enseñarse en escuelas como lección de planificación visual. Interpretaciones impecables, guión divertido y ligeramente autoconsciente, y buenos valores de producción. Bonito homenaje al género.
Verbinski sigue sin dar puntada sin hilo. Muy buen artesano. Algún día se reconocerá su talento como es debido.