Sobre eso de que la versión de Michael Mann ya era una gran película habría mucho que hablar. Soy devoto de este director, pero no trago mucho lo que hizo en los ochenta, especialmente esta. Y mejor no hablar de "El torreón" (una buena idea pesimamente malograda) o "El último mohicano" (que anuncio de champú más largo). Me quedo de lejos con las tres últimas (HEAT, THE INSIDER y ALI).
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