Los de Calgon me flipaban, parecía una regresión a los 70 y a la idea de "¡Señora de pueblo! ¡Cómprenos y considérelo un paso más para ser aceptada en la gran ciudad!"

Las promos de mensajitos de móvil que aparecen antes de Los Simpsons también son altamente sangrantes, con esa chavalada sacada de la cafetería de la facultad de filología: "Soy joven, independiente y me gasto los euros en imagenes para el móvil". Pues muy bien.