Deuda escondida
El auditor y la oposición advierten serias deficiencias e irregularidades en la gestión de Ramón Calderón
LALO AGUSTINA - Barcelona
La gestión económica del Real Madrid, al contrario de lo que pregona su presidente, L Ramón Calderón, está muy lejos de la excelencia. Y es que según Ernst & Young, la firma de auditoría que ha examinado las cuentas del Madrid de la temporada 2006-2007, cerradas el pasado 30 de junio, los dirigentes merengues han tratado de meter todo un gol a sus socios a la hora de presentar sus resultados económicos.
El informe de la citada auditora, una de las más prestigiosas del mundo, no deja lugar a dudas. Hasta el año pasado, dice Ernst & Young, "el coste de todo el inmovilizado inmaterial se amortizaba en el ejercicio de adquisición", mientras que ahora, en el caso de los futbolistas, se hace "en función de la duración de los contratos". En román paladino: Calderón ha cambiado el criterio que tenía el ex presidente Florentino Pérez a la hora de anotar en sus cuentas la pérdida del valor que tienen sus jugadores por el hecho del mero paso del tiempo.
A largo plazo no importa la fórmula empleada, ya que más tarde o más temprano el club acabará amortizando el coste de sus fichajes. Pero a corto plazo, a la hora de pasar su primer gran examen ante sus socios compromisarios, las ventajas son evidentes para Calderón. Las menores amortizaciones se traducen en mayores beneficios. El Madrid anunció hace unos días un beneficio de 44 millones de euros en la temporada 2006-2007, exactamente 110 veces más que los 0,4 millones del año anterior, el último en el que "el ser superior" - como llamaba Butragueño a don Florentino- estuvo al frente del club blanco. Se trata, según los críticos, de ingeniería financiera. La Plataforma Blanca, grupo opositor liderado por el socio madridista Eugenio Martínez Bravo, calcula que, siguiendo el mismo criterio en las amortizaciones que en las temporadas anteriores, el Madrid debería haber teñido de rojo sus cuentas y presentar unas pérdidas de 43 millones. La plataforma asegura que la deuda está desbocada - hablan de más de 300 millones de euros sin contar la contraída este año- y que, si no se pone remedio pronto, el club tendrá que vender su patrimonio para hacer frente a sus obligaciones con los bancos.
Así pues, según la oposición, el cambio sólo busca enmascarar el fracaso en la gestión de los actuales directivos que, además, deberán incurrir en elevadas amortizaciones al finalizar esta temporada, ya que los fichajes del pasado verano han supuesto un desembolso de casi 120 millones de euros.
Al margen de las amortizaciones, en las cuentas de la temporada pasada hay más material de dudosa ortodoxia contable. El auditor - que tiene la obligación de examinar las cuentas y decir aquello que no está bien- denuncia que la junta actual del Madrid ha dejado de contabilizar gastos extraordinarios por 16 millones de euros y que debería haber "imputado a gastos" otros 21,8 millones por antiguas deudas con Hacienda que el club ha recurrido ante los tribunales.
En el apartado de los ingresos, la gracias al cobro anticipado de derechos de televisión de temporadas futuras y a la contabilización no apropiada de otros conceptos que pone de manifiesto el auditor. Una vez aplicadas estas correcciones, la facturación del Madrid se situaría alrededor de los 290 millones en la temporada pasada, muy similar a la del Barça y bastante alejada de los 350 millones presentados en la junta.
Para José María Gay, profesor de Economía Financiera y Contabilidad en la Universitat de Barcelona y experto en clubs de fútbol, no hay dudas: "La gestión de Ramón Calderón es francamente mala si miras detrás de la maleza que la cubre. La deuda está subiendo y el club está generando pérdidas que no aparecen por los maquillajes contables, que no permiten ver la realidad". La conclusión está clara: el Madrid no es el primero en economía.