Mi suegra se compró ayer un bonito para hacer en conserva, y me dio la mitad de la ventresca.
Es la parte más sabrosa del bonito (para mi gusto) y prefiero dejarla con todo su sabor. Únicamente está metida en el horno con sal y un chorrito de aceite de oliva. Gambas que me sobraron de un cocktail de ayer a la cena y un medio tomate con mozarella.