Es algo lenta, sí, y se puede hacer algo pesada, por que es bastante introspectiva, y tiene un ritmo algo irregular (mucho monólogo interior, mucha conversación en privado entre dos personajes... en este aspecto, yo también la comparo con Cleopatra, que también es lo mismo que La caída...lo que podríamos llamar una épica intimista). Pero junto a estas escenas tiene otras de auténtico péplum del bueno. La carrera de bigas entre Livio y Comodo (en mi modesta opinión, superior a la de Ben Hur, que tiene más carros, pero están éstos en un circuito cerrado, sin la dificultad de que vayan por campo abierto por un sitio lleno de obstáculos), el majestuoso desfile de los dignatarios del Imperio ante Marco Aurelio (para que te hagas además una idea de lo grandísimo que era el Imperio y la cantidad de gentes diversas que aglutinaba... imagínate los problemas que podían surgir de éso), la magnífica llegada de Cómodo a Roma en uno de los decorados más grandiosos nunca vistos en una película del género (hecho en Las Matas, cerca de Madrid, y casi del tamaño natural, estuvo varios años en pie hasta que lo tiraron y ahora hay ahí una urbanización de lujo...y pensar que podríamos haber tenido un Cinecitá aquí en Madrid )...













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