Número 6: Dónde estoy?
Número 2: En la Villa.
Número 6: ¿Qué es lo que quieren?
Número 2: Queremos información.
Número 6: ¿A que bando pertenecen?
Número 2: No podemos decirlo. Queremos información... información... información.
Número 6: No se la daré.
Número 2: De alguna forma la obtendremos.
Número 6: ¿Quién es usted?
Número 2: Yo soy el número 2.
Número 6: ¿Quién es el número 1?
Número 2: Usted es el número 6.
Número 6: ¡Yo no soy un número! ¡Soy un hombre libre!.

Ayer acabé de ver esta mítica serie de televisión de los 60, creada y protagonizada por el actor Patrick McGoohan.

Este señor es famoso entre las generaciones más recientes por interpretar a Longshanks en Braveheart, y era uno de los deseados por Peter Jackson para interpretar a Gandalf, aunque declinó el papel porque se consideraba demasiado mayor para el trote que se le pedía. Antes de esto, McGoohan había aparecido en Fuga de Alcatraz o Scanners, y antes aún había sido uno de los ídolos de la TV británica, durante los 50 y los 60... McGoohan siempre interpretó papeles de caracter, a menudo coléricos, lo que le valió una cierta fama de malhumorado e individualista.

Gracias a esta serie, El prisionero, emitida originalmente durante 1967, Patrick McGoohan se convirtió en una figura increiblemente polémica, alcanzando su mayor cota de popularidad y también de impopularidad, lo que le llevó a "exiliarse" en Los Angeles hasta el día de hoy. Después de ver la serie, entiendo porqué...

El protagonista de El prisionero, intepretado por el propio McGoohan, es un agente secreto británico que decide dimitir y abandonar el servicio; el mismo día que pretende viajar fuera de Londres, es sedado y raptado por unos misteriosos individuos. Al despertar se encuentra en un pequeño pueblecito idílico denominado simplemente "la Villa"; en la Villa nadie puede usar su nombre real, así que le es asignado el nº 6.

Nadie puede escapar de la Villa: todas las salidas están vigiladas por cámaras de seguridad y matones, no hay acceso a barcos o aviones y, para casos extremos, se emplea una enorme sonda en forma de globo que persigue a los fugitivos. En la Villa, todo es aparentemente amable e idílico; sus habitantes, todos numerados, visten de alegres colores, se saludan por las calles, hacen cursos de pintura, leen el periódico local, etc... pero nadie dice su verdadero nombre, nadie se sale de los cánones establecidos, so pena de ser acusados de insociables y perder el favor de sus congéneres o de sus gobernantes...

El gobernador de la Villa es el nº 2, aunque nº 6 sabe que detrás de él hay otra persona, el nº 1. Episodio tras episodio, el nº 2 intenta sonsacar información al nº 6 para saber porqué dimitió y cual es el secreto que guarda; el nº 6 tiene que hacer uso de su astucia e inteligencia para escapar a las torturas, drogas, lavados de cerebro y demás artimañas destinadas a minar su confianza en si mismo y su caracter.

El tono de la serie es descaradamente satírico, por momentos surrealista y psicodélico, algo así como una mezcla entre una peli de Bond y La naranja mecánica (de hecho muchos planos parecen concebidos por el propio Kubrick, sobre todo en los episodios finales) Los guiones y la realización suelen tener resoluciones irregulares (debido a las limitaciones presupuestarias y del formato propias de la TV de la época, con sus paradas para publicidad, etc...) pero siempre contienen el número suficiente de ideas visuales y narrativas como para resultar atractivos. Según van pasando los episodios la serie se vuelve más y más extraña, más surrealista y más psicodélica, llegando al sumum en los dos últimos que no tienen desperdicio.

Os aseguro que es la serie más bizarra que he visto en mi vida... ¡¡¡y está en mi lista de clásicos de culto desde ya!!!

:ipon