Roman Polanski. Y sé que es una utopía e incluso puede sonar ridículo. Pero el hotel Overlook alberga, en sus habitaciones, historias macabras, y si respeta como (espero) la película, las historias de los futuros fantasmas merecen una mano peculiar, malsana, desasogante e incluso surrealista. Polanski cumple esos requisitos. Y muchos más.