A mí no me ha gustado tanto. Supongo que es una película que funciona mejor cuando piensas en ella a posteriori que mientras la estás viendo, lo cual ya me ha pasado siempre con Bresson y compañía (bien pensado, no sé si esa compañía se compondría de alguien más aparte de él mismo).
Algo tendrán estas películas de corte casi ascético para perdurar tanto en la memoria de la gente como en los bloques constituyentes del cine moderno, pero en el caso de First Reformed, no sé, tuve demasiada sensación de languidez. Sí que me gusta sin embargo la combinación entre las señas de identidad de este tipo de cine con las del cine más reconocible de Schrader: culpa, sordidez, violencia. Me gusta tanto cuando se introduce de una manera sutil (durante la experiencia extrasensorial, el reverendo es incapaz de que sus pensamientos no se trasladen hacia la desesperanza que siento por el estado de degradación del mundo) como cuando no está realmente explicado, como es todo su proceso de enajenación durante la segunda parte de la película.
Pero no sé, no entiendo por qué toda esta transformación tiene que ser tan abrupta, tan extraña, tan poco humana. Quizás ese misterio es parte del interés de la película, pero para mí...no sería mi preferencia personal.