A mi la trilogía de Jackson se me atragantó desde el principio: demasiada cámara lenta, demasiado efectismo, demasiados actores guais con melena al viento, demasiado esteticismo, demasiado poco desarrollados los personajes, demasiado, en lineas generales, jolibudiense, demasiado convencional, demasiado trillada.

Con el tiempo he ido apreciandola más, olvidándome por completo de su origen literario; para mi es una adaptación superficial del original, capaz de seguir la letra pero no el espíritu, algo cuasi imposible de lograr pero que Jackson ha conseguido: los lugares parecen tener el aspecto que debieran tener, pero no el espíritu; Legolas y Gimli parecen el duo sacapuntas sacados de contexto, podrían ser la pareja cómica de cualquier otra película ambientada en cualquier otro género, igual que Aragorn parece el primo de Maximo Meridio o de William Wallace, es el típico héroe guay de nuestros tiempos, Gandalf es el clon de Merlin el encantador, los orcos son tan tontos como los masillas o los imperiales de Star Wars y Saruman es el típico malo de dientes apretados y risotadas estridentes. Todo ha sido adaptado al medio cinematográfico por el exisitoso sistema de reducción al tópico.

Sin embargo, he empezado a ver la trilogía de ESDLA como un gran comic, un gran videojuego, una peli de evasión de 11 horas de duración, y como tal está bastante bien, muy por encima de la media de este tipo de productos, pero con los inconvenientes de este tipo de productos; a nivel técnico no me parece que difiera mucho de lo que hubiesen hecho un Michael Bay en forma o un Ridley Scott en horas bajas, es pura pirotecnia, pirotecnia de primera, pero pirotecnia al fin y al cabo. Salvo contadas ocasiones, el desarrollo dramático se centra en el empleo de fórmulas (cámara lenta + música de violines = dramatismo; montaje sincopado + coros = épica) Creo que estas fórmulas dejan entrever el vacío de fondo, el simplismo con el que ha sido reducida la obra original para ser masticada por una audiencia que probablemente no hubiese aceptado a unos personajes menos guays y unas situaciones más crudas.

Ya a nivel muy personal, hubiese querido ver a un Aragorn duro, distante y avejentado como el del libro, a un Gimli poeta, etc, etc, etc... En mi mente, la batalla de Minas Tirith no tenía nada que ver con la que Jackson rodó, más cercana al espíritu épico-festivo de Star Wars, sino con la trágica batalla del tercer castillo de "Ran" de Kurosawa, donde la desesperación se masca en cada plano como una realidad física e insoslayable. Quizá sea por mi idea predefinida de lo que pudo haber sido, pero Jackson nunca consiguió levantarme de la butaca ni hacerme sentir nada por sus personajes salvo por Gollum y Boromir, impecablemente desarrollados; Jackson podía hacerme saltar y asustarme a base de subidas de volumen, zooms, sustos y demás, pero nada me llegaba de verdad, eran solo meras reacciones físicas ante un sonido elevado o una imagen en movimiento.

Puedo ver mil veces "La gran evasión", "Lo siete samurais" o "El hombre que pudo reinar" y sentir en mis carnes la camaradería de sus personajes hasta tener la sensación de que soy uno más del grupo y estoy de aventuras con ellos; sin embargo, con ESDLA no había nada parecido, no me veía parte de esa Comunidad del Anillo, no me entraban ganas de seguirles, todos me resultaban antipáticos y desagradables salvo Boromir y Gollum, los únicos con rasgos interesantes y definidos y que se salían del tópico; los otros eran demasiado conscientes de ser "los buenos" de la peli. Incluso el insulso Luke Skywalker de Mark Hamill me parece tener más alma que los protagonistas de ESDLA.

En conclusión que creo que la trilogía es una enorme fiesta de coca cola y palomitas con algunos detalles estilísticos que la elevan sobre la media, pero que jamás ha llegado a ser capaz de llevarme donde Jackson quería llevarme, precisamente por ser demasiado evidente y demasiado obcecado en sus intenciones; el personal se queja de Spielberg, pero a Jackson le ha faltado contratar a tios que te pusieran cebollas bajo los ojos en su afán de emocionar al público. Un poco más de desarrollo y de menos tópico en vez de tanto ralentí y tanto violín no hubiese venido mal.

:ipon