En la credulidad de cada cual no entro. Ni es problema mío ni me interesa un soberano carajo, francamente.
Por otra parte, es de lo más satisfactorio comprobar cómo os agitan y perturban mis percepciones y reflexiones. Esos ataques coordinados en distintos hilos provocando abiertamente, buscando una respuesta -en reciprocidad- excesiva por mi parte son muy entrañables.
La lleváis clara. Cuando vosotros vais para Mordor, yo ya he vuelto a la Comarca y he preñado a Rosita trece veces.