Aprovechando que estoy leyendo de nuevo una biografía de Spielberg, anoche revisé El diablo sobre ruedas (otro caso de traducción rara de un título).
Como muchos ya sabéis, esta película fue el primer largometraje de Spielberg, una película rodada para TV en octubre? de 1971 de cara a un estreno en TV en noviembre de 1971. Generalmente está muy bien considerada y aunque técnicamente hablando Loca Evasión sería su primera película, la del camión suele tratarse como lo que en el fondo es: su primer trabajo como director de cine.
Suena a tópico pero esta película es lo que es gracias a Spielberg. En si misma tal vez llenaría sólo de forma justa los 25 minutos de un episodio de una serie tipo fenómenos extraños. De hecho es ideal para ello: un débil y cobarde hombre de negocios cualquiera, de un suburbio cualquiera de California, emprende un viaje de trabajo en su Plymouth rojo. Durante el trayecto, y con aparente normalidad, adelanta a un humeante camión cisterna. Este le devuelve el adelantamiento e inicia una persecución y ataque implacable sobre el protagonista y su cada vez más accidentado coche.
Spielberg pudo cerrar una película sobre ese argumento tan escaso mediante la exhibición de su innato talento. Desde esa obertura colocando la cámara bajo el motor del Plymouth mientras escuchamos la radio, los momentos de tensión en la carretera o los detalles que revelan a David Mann como un cobarde que no es capaz de defender a su mujer (basta esa breve escena de la conversación telefónica entre Mann y su esposa para dibujar su vida doméstica). Otro detalle crucial, por lo menos para mi, es que nunca se cae en el ridículo, y en -aparentemente- pocas incongruencias o detalles ridículos. Spielberg cuida la normalidad de la situación, que sea creíble y natural dentro de la ficción.
Lo peor es que la versión de 90 minutos se hace un poco pesada. Como digo, para mí esto era carne de episodio corto, así que con los 74 minutos originales (los 16 restantes se añadieron cuando convirtieron la película de TV en película de cine) bastaba. El diseño de producción acierta en la elección de los vehículos y localizaciones (aunque siendo una película de escaso presupuesto -300.000 $ iniciales, según una biografía- tal vez la mejor solución era no salir de California), especialmente con ese camión y conductor del cual no se revela su identidad. La BSO es escasa y parece seguir la estela de Bernard Herrmann en Psicosis. El final tampoco hace justicia al resto del film.
Edito: las escenas añadidas para convertir el telefilm en película fueron las del autobús escolar (curioso... en esa escena el del camión ayuda a los niños aunque sea para ridiculizar a Mann) y la del tren.
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