Hecho de menos el terror y las pesadillas, ya no me sobresalta nada, por lo menos las películas y en la vida real tampoco. Será que uno ya está curado de espanto con la de cosas que s even en la vida real y que en no superan la ficción.
El otro día en el hospital pasaron un fiambre tapado delante mio cuya mano estaba salida un poco de la camilla y ni me inmute.