La mala memoria de Hollywood, o tal vez su poca capacidad de reacción, quedó patente en una gala de los Óscar que olvidó al director Alain Resnais, fallecido este fin de semana. Resnais no figuró en el homenaje especial que la academia dedica en cada ceremonia a los profesionales de la industria que nos han dejado en el último año, una circunstancia que no pasó desapercibida por los más críticos, que no perdonan el despiste.
El aclamado director francés, que no contaba entre su colección de premios con ningún Óscar, murió el pasado sábado a la edad de 91 años, y es probablemente por el escaso margen de tiempo con el que se produjo su fallecimiento por lo que su nombre no apareció durante el momento In memoriam, en el que Hollywood sí se rindió ante el recuerdo de James Gandolfini, Paul Walker o Phillip Seymon Hoffman.
Mientras la artista Bete Midler interpretaba el tema The wind beneath my wings, las figuras más destacadas de la gran pantalla observaban con gran emoción el vídeo en el que, uno a uno, fueron apareciendo actores y actrices como Karen Black, Tom Laughlin, Carmen Zapata, Hal Needham, Stuart Freeborn, Gerry Hambling, Jim Kelly, Stephanie McMillan, Les Blank, Eileen Brennan o Fay Kanin, entre otras grandes estrellas que se apagaron durante el último año.
No así Alain Resnais, un director que merecía con creces el reconocimiento de una industria que le debe títulos como Noche y Niebla o Hiroshima Mon Amour.
Pese a que el cineasta francés jamás estuvo nominado a un Óscar, sí recibió durante su vida una lista interminable de premios y reconocimientos, entre los que destaca principalmente el que Cannes le dedicó en 2009 por toda su trayectoria.
Resnais, que además de dirigir también se dedicó al montaje y a la redacción de guiones, fue una de las principales figuras de la llamada Nouvelle vague (nueva ola) del cine francés, que revolucionó el montaje y la fotografía. Aunque desde muy pequeño estuvo interesado por el séptimo arte, no fue hasta después de la II Guerra Mundial cuando comenzó a realizar cortometrajes, y los primeros éxitos le llegaron ya en la década de los 50, época en la que creó Noche y Niebla, un magnífico documental sobre el Holocausto. A lo largo de su dilatada carrera, de cerca de 70 años, trabajó en casi medio centenar de películas y cortometrajes, siendo Las Malas Hierbas su última obra, estrenada en 2009.
Es tal su legado que, despistes aparte, el mundo del cine nunca podrá olvidar a Alain Resnais.




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