Estoy de acuerdo también, pero lo interesante es como ha llegado hasta allí. Sin las tres primeras, las otras no se entenderían. No están desconectadas. Aquí esta la gracia de seguir la trayectoria de un director, que la perspectiva cambia.
Y por cierto, veo que me voy a quedar solo con La barrera invisible
una pena, pero bueno. La publicaré rápido y así me la quito de encima. Total se va quedar más sola que la una...