07. A STREETCAR NAMED DESIRE (1951, UN TRANVÍA LLAMADO DESEO)
Director: Elia Kazan.
Producción: Charles K. Feldman Group Productions, Inc. / Warner Bros. Pictures, Inc.
Distribución: Warner Bros. Pictures, Inc.
Productor: Charles K. Feldman.
Guion: Tennessee Williams, a partir de la adaptación de Oscar Saul de la obra de teatro homónima de Tennessee Williams (Nueva York, 3 de diciembre de 1947).
Dirección artística: Richard Day.
Decorados: George James Hopkins.
Fotografía: Harry Stradling.
Música: Alex North.
Montaje: David Weisbart.
Reparto: Vivien Leigh (Blanche DuBois), Marlon Brando (Stanley Kowalski), Kim Hunter (Stella DuBois/Kowalski), Karl Malden (Mitch).
Duración: 2 h 04 m 55 s. (Copia en BD editada por Warner en 2006).
Rodaje: de mediados de agosto a mediados de octubre de 1950.
Estreno: 18 de septiembre de 1951.
Recaudación: 4.250.000 dólares (Variety, 2 de enero de 1952).
Para no repetirme y dado que, en líneas generales, comparto el entusiasmo – aunque con matices - que el séptimo largometraje de Elia Kazan ha provocado en los compañeros que ya han entregado sus reseñas, intentaré hacer una aproximación distinta a la película, comentando aspectos que se han tratado tangencialmente pero que a mí me parecen lo suficientemente importantes en la consecución del formidable éxito que supuso la traslación de la obra teatral de Tennesse Williams a la gran pantalla.
La dividiré, para hacer más amena la lectura, en cinco bloques y espero que la misma no me lleve un tiempo del que últimamente carezco, por problemas que no vienen a cuento.
Empecemos.
LA OBRA ORIGINAL:
Reconozcámoslo, una parte importante del mérito de la película proviene de la fuente literaria original, o sea, la obra teatral de Tennesse Williams (1911-1983) que se estrenó en Nueva York un 3 de diciembre de 1947 y que permaneció en cartelera hasta el 17 de diciembre de 1949, con un total de 855 representaciones.
- Portada de la primera edición, New Directions, Nueva York, 1947 -
A ello tenemos que añadir, además, el que dicha puesta en escena corriera a cargo del propio Kazan y el que se contara con la presencia de buena parte del elenco original de actores…
… a excepción de la protagonista, la exquisita Jessica Tandy…
… lo que, indudablemente, simplificó notablemente la preparación de la película.
Pero que ello no signifique el restarle méritos, nada más lejos de mi ánimo, a Elia Kazan, cuya puesta en escena roza la perfección y que sortea no sólo con éxito sino con auténtica maestría el error de convertir la película en simple teatro filmado.
Tendremos que saltar el charco para encontrarnos a la pieza que nos falta en el rompecabezas.
Y es que desde el 12 de octubre de 1949 hasta el 19 de agosto de 1950 (326 representaciones), la gran Vivien Leigh y bajo la batuta de su, por entonces, esposo, Laurence Olivier, encarnó a Blanche DuBois en las Islas Británicas.
- Un aparte importante antes de seguir adelante:
Si nos fijamos en la fotos tanto de Vivien Leigh como de Marlon Brando que incluyo al final de la reseña, la fecha del test de vestuario que se hizo a los actores, es el 9 de agosto de 1950.
De ello se pueden inferir dos cosas.
Que pese a la imprecisión en el inicio de la fecha de rodaje (y que yo tomo, como es habitual, del A(merican) F(ilm) I(institute)) y que incluyo en la ficha técnica, este no se produjo, lógicamente, antes de dicha fecha.
Y lo que es más importante, que Vivien Leigh tuvo que ser sustituida en la función londinense antes de que esta finalizara puesto que ya se encontraba en Hollywood preparando la película.
Aprovecho de paso para confirmar lo que el siempre sabio mad dog earle mencionaba en el primer párrafo de su espléndido comentario.
THE MEN (1950, HOMBRES), una producción de Stanley Kramer dirigida por Fred Zinnemann, no se estrenó hasta el 25 de agosto (con premiere, en Nueva York, el 20 de julio), por lo que, efectivamente, Marlon Brando no era todavía conocido por el gran público. -
Y para cerrar el apartado tal y cómo lo había empezado, el hecho de que el propio dramaturgo interviniera en el guion de la película es sintomático de la extraordinaria fidelidad de este a la obra original, aunque la presencia en los créditos de Oscar Saul (al que los compañeros tal vez recuerden por su participación en el libreto de MAYOR DUNDEE (1965) de Sam Peckinpah) también debería ser tenida en cuenta, especialmente en aquellos aspectos en los que la película diverge, siquiera levemente, de la obra de teatro.
EL PRODUCTOR:
Aunque todo el mundo piensa que UN TRANVÍA LLAMADO DESEO es una producción de la Warner Bros., lo cierto es que dicha afirmación dista mucho de ser correcta.
El auténtico productor de la misma es Charles K. Feldman (1904-1968), cuya agencia, la Famous Artists Corp., fundada en 1932, gestionaba los intereses de estrellas del celuloide de la talla de Gary Cooper, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Marilyn Monroe o John Wayne.
Y no sólo eso sino que en los años ‘40 colaboró estrechamente con el director Howard Hawks en alguna de sus más apreciadas obras maestras, como TENER Y NO TENER (1944), EL SUEÑO ETERNO (1946) y RÍO ROJO (1948), además de crear su propia compañía, la Charles K. Feldman Group Productions, Inc., con la que introdujo una importante novedad en el anquilosado mundo de los grandes estudios de Hollywood.
Dicha novedad consistía en que Feldman, antes de entrar en negociación con una gran compañía con el fin de que esta le ayudara no sólo en la distribución sino también en la financiación de sus proyectos, compraba los derechos de las obras literarias que pretendía llevar a la gran pantalla. De esta forma podía jugar con ventaja en las negociaciones con las majors.
E igualmente procuraba el que sus representados formaran parte de los repartos de los mismos.
Así que fue Feldman y no la Warner, quien compró los derechos de la obra de teatro de Williams, siendo esta, eso sí, la que le proporcionó buena parte de los fondos para la elaboración de la película así como un canal de distribución a nivel tanto nacional como internacional.
Además, sin nos fijamos con detenimiento en los títulos de crédito, el copyright de la película pertenece a la Charles K. Feldman Group Productions, Inc. y no a la Warner Bros. Pictures, Inc.
Eso sí, al parecer fue Jack L. Warner, quien forzó el cambio de Jessica Tandy por Vivien Leigh a la hora de encarnar el papel principal de la película en aras de rentabilizar la fuerte inversión de capital que requería el proyecto dado que la primera era una completa desconocida en el mundo del cine.
- Por cierto y como mera curiosidad que seguro que le encantará al querido amigo Alex Fletcher, Jack L. Warner, denunció ya en 1947 a Elia Kazan como (filo)comunista.
De hecho, Warner se convirtió en el primero de los llamados “testigos amistosos” o sea, de los que colaboraron gustosa y voluntariamente con el Comité sobre Actividades Antiamericanas del Congreso (HUAC) dando nombres de presuntos comunistas que trabajaban en la industria del cine.
Algo, por cierto, de lo que Kazan no habla para nada en su libro, aunque ya sabemos de lo voluble de la memoria del cineasta.
Donde las dan, las toman. -
No se vayan todavía aun hay más.
Y es que Feldman también había sido el productor de la primera adaptación a la gran pantalla de una obra de teatro de Williams, en este caso de “El zoo de cristal” (Nueva York, 31 de marzo de 1945), firmada por el excelente (y olvidado) Irving Rapper (THE GLASS MENAGERIE (1950)) y con libreto, al igual que en UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, del propio dramaturgo. Por cierto, su primer guion cinematográfico.
Así que fue Feldman quien convenció a Williams para que adaptase su texto a la gran pantalla y este a su vez quien convenció a Kazan.
Es incomprensible que el director despache al principal impulsor (y fuerza motriz) del proyecto con un simple (y vejatorio) comentario en el libro de entrevistas de Ciment una prueba más de lo sesgada que es la memoria del cineasta.
LA PUESTA EN ESCENA:
Como ya he indicado al comienzo de la crónica, la labor tras las cámaras de Elia Kazan deviene capital puesto que su esta no se limita simplemente a filmar a los actores como si de una obra de teatro se tratase sino que a través de inteligentes ideas de puesta en escena logra no sólo “airear” el texto sino introducir a los espectadores en una auténtica experiencia cinematográfica.
Para ello contó además con la inestimable colaboración no sólo del extraordinario reparto, del que hablaré brevemente a continuación, sino de un equipo técnico y artístico de primera.
Me gustaría destacar especialmente la presencia de la diseñadora Lucinda Ballard dado que se encargó del vestuario tanto en la obra de teatro como en la película, otro motivo más de conexión entre una y otra.
Igualmente resultó decisiva la labor del gran operador Harry Stradling, con el que Kazan volvería a colaborar en A FACE IN THE CROW (1957), en la creación de ese ambiente opresivo y decadente, perfecta mixtura entre los conceptos del amor/deseo/sexo y la muerte que son los ejes centrales sobre los que pivota toda la obra/película.
Y magnífica, la labor conjunta del director artístico Richard Day y del decorador George James Hopkins, erigiendo ese perfecto decorado que no sólo incluye el edificio donde viven los protagonistas sino igualmente los aledaños, como la estación de tren a la que llega casi como si fuese una aparición Blanche o la bolera donde juegan Stanley y sus amigos.
Tenemos también la extraordinaria banda sonora del gran Alex North, sin duda uno de los elementos decisivos en el éxito de la propuesta y que se aleja notablemente del trabajo de sus coetáneos y que expresa a la perfección esos ambientes a los que antes me refería.
En el montaje la presencia de David Weisbart, que también había trabajado en la mencionada THE GLASS MENAGERIE, deviene capital puesto que el director no tenía todavía derecho al mismo y fueron, por tanto, los productores los que tuvieron la última palabra.
Y aunque en 1993 se recuperó el metraje que la censura había obligado a eliminar antes del estreno no hemos de olvidar que los artífices del proyecto tuvieron que hacer numerosas concesiones durante la preproducción del mismo para poder conseguir la calificación necesaria que les permitiera estrenar la película en el mayor número de cines posible.
Por tanto, aquí no se puede hablar en propiedad del montaje del director porque Kazan no intervino para nada en el mismo. Eso es algo que sólo conseguiría a partir del formidable éxito de público y de crítica que supuso LA LEY DEL SILENCIO (1954).
LOS ACTORES:
Sólo una pequeña objeción al, por otra parte, espléndido reparto, aunque esta pertenece al terreno de los gustos y de las afinidades.
A pesar de ser el actor que más veces ha trabajado con Kazan (EL JUSTICIERO, UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, LA LEY DEL SILENCIO y BABY DOLL) Karl Malden nunca ha sido un intérprete por el que sintiera un especial aprecio. Reconozco que está bien en el papel de Mitch pero es un actor que no me llena.
Subjetividades aparte, creo que fue un gran acierto que fuese Vivien Leigh y no Jessica Tandy quien encarnase finalmente en la gran pantalla a Blanche DuBois que como tan atinadamente indica el querido compañero mad dog earle bien podría ser una descendiente de la Scarlett O’Hara de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (1939) y la plantación Belle Reve un trasunto de la mítica Tara.
Es una lástima que Kim Hunter, quien sufrió duramente en sus carnes los azotes de la Caza de Brujas y ello a pesar de ganar un Oscar por esta película, no tenga una presencia mayor en la pantalla porque de esta forma queda un tanto desequilibrado el triángulo de amor y de odio que forman Blanche / Stanley / Stella.
De hecho, alguna de las mejores secuencias están protagonizadas por ella, con especial mención a aquella en la que Stanley suplica su perdón a gritos después de haberla agredido y ella acude a su llamada bajando parsimoniosamente las escaleras y reflejando en su rostro a la vez el deseo y la furia.
Y, por supuesto, el portentoso trabajo de un casi debutante Marlon Brando (recordemos su participación previa en la nada despreciable cinta de Zinnemann), seguramente una de las interpretaciones más memorables de la Historia del Cine.
La espléndida química que se establece entre el trío de protagonistas es, sin lugar a dudas, una de las grandes bazas de la película.
Y dado que Stanley/Brando es el agujero negro al que se ven irrevocablemente atraídas tanto Stella como Blanche, es incomprensible que su extraordinaria interpretación no fuese galardonada al igual que la de sus compañeros.
- EL PERO -
Antes de encarar el último bloque y dado que no sabía exactamente dónde incluirlo he preferido añadir un aparte para comentarlo.
Nunca he entendido el por qué de la violación de Stanley a Blanche que todos sabemos que procede de la obra de teatro de Williams.
Lo menciono porque a pesar del carácter brutal del personaje este nunca ha manifestado por su cuñada más que el desprecio más absoluto y, desde luego, el menor atisbo de atracción y/o lujuria hacia ella, alguien diametralmente opuesto a su esposa.
En ese sentido es más lógico el final de la película y no sólo porque servía para acallar a la censura sino porque un acto tan salvaje no podía tener otra respuesta que el ostracismo por parte de su esposa que además acababa de dar a luz.
EL ÉXITO:
UN TRANVÍA LLAMADO DESEO fue el mayor éxito hasta la fecha en la carrera del director.
Aunque la película se llevó 4 Oscar en 1952, superando así su récord de 1948 con LA BARRERA INVISIBLE (3), lo cierto es que no pueden compararse aquellos a estos puesto que incluían los dos más importantes: mejor película y mejor director.
Además la Academia al centrarse básicamente en el aspecto interpretativo (Leigh, Hunter, Malden) salvo la puntual referencia a la escenografía (Day y Hopkins) obvió las innovadora puesta en escena del director, la cual tendría una influencia decisiva en todas las adaptaciones posteriores a la gran pantalla, tanto de las obras de Tennessee Williams como las de otros escritores.
La película además se convirtió en la 5ª más taquillera del año con unos formidables 4.250.000 dólares (ver Variety, 2 de enero de 1952).
Desde luego, en este caso la calidad de la película va pareja tanto al éxito de crítica (especialmente el reconocimiento de sus pares) como al de público.
Sin embargo, la carrera del director no sería siempre un camino de vino y rosas como veremos ya mismo en su próxima película, la espléndida ¡VIVA ZAPATA! (1952) y que el propio director calificaba incongruentemente, al menos desde mi modesto punto de vista, como “anticomunista”.
VALORACIÓN FINAL:
Como vengo haciendo al final de cada comentario y para facilitar(me) la labor a la hora de establecer el definitivo hit-parade del autor, posterior al test de empatía Voigt-Kampff del incombustible Alex Fletcher, adjunto mi listado por orden de preferencia:
UN TRAVÍA LLAMADO DESEO > PÁNICO EN LAS CALLES > LAZOS HUMANOS > PINKY > LA BARRERA INVISIBLE > EL JUSTICIERO > MAR DE HIERBA
Buenas tardes, y buena suerte.
ADENDA I:
“Un tranvía llamado Deseo” (1947) de Tennesee Williams.
EUA:
Nueva York (Ethel Barrymore Theatre):
Del 3 de diciembre de 1947 al 17 de diciembre de 1949 (855 representaciones)
Elia Kazan // Jessica Tandy / Marlon Brando / Kim Hunter / Karl Malden
- Programa de mano original de la función neoyorquina -
Reino Unido:
Londres (Aldwych Theatre):
Del 12 de octubre de 1949 al 19 de agosto de 1950 (326 representaciones)
Lawrence Olivier // Vivien Leigh / Bonar Colleano / Renee Asherson / Bernard Braden
- Programa de mano original de la función londinense -
ADENDA II:
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, Jack L. Warner, denunció ya en 1947 a Elia Kazan como (filo)comunista.




















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Un par de comentarios y una pregunta: 
En los extras del DVD se comenta que la obra fue producida por Irene Mayer Selznick, esposa por entonces de David O., pero no se dice nada respecto a Grant. ¿El comentario de Espejo es un error?




(por ahí me he quedado leyendo).
, la planificación e iluminación de algunas escenas que ya habéis comentado detalladamente...). Creo que aquí ya he visto más la mano de Kazan.
. En un primer momento, ves a Tom que llega y... el primer jarro de agua fría al descubrir "su pasado", pero... la quiere, e intenta convecerla de que se vaya con él. Hasta aquí todo más o menos bien, pero luego, ay amigo
. Suerte que no es mal tío del todo y se queda al juicio, y piensas, bueno, habrá recepacitado
, pues no
. Ella gana la mansión de playmobil, y va el otro, y lo primero que le dice es la lista de todo lo que arreglarán para venderla rápido, sacar una pasta e irse bien lejos (sólo le faltó recordarle que a vivir su amor "en secreto", por supuesto 

