Cita Iniciado por tomaszapa Ver mensaje
Ahora que está terminando el ciclo Kazan, yo creo que lo que más valoro, aparte de un puñado de obras maestras, de su figura es que evolucionó y terminó haciendo, en mayor o menor medida, el cine que le dio la gana. Con mayor o menor acierto, claro. Pero solo por esas maravillas y esas otras que me sorprendieron, para mi (repito, para mi), Kazan si está entre los grandes.
Postdata: Pero no en mi quinteto, seguramente.
Pienso que das en la diana con esa afirmación. Ya hubiese querido Orson Welles esa consideración, esa libertad. Es que la mayoría de realizadores que tuvieron libertad creativa no vivían de Hollywood por lo general.

Curioso el caso del film "Los visitantes"; la hizo porque se la podía permitir en familia y punto. Su experimento en un tiempo lleno de propuestas afiladas y subversivas para lo que se conocía, a lo "Johnny cogío su fusil". Al final, por vuestros análisis casi queda (es un decir) como un film Dogma tipo "La celebración" de Thomas Vinterberg (que tenía bastante violencia verbalizada), la mencionada "Perros de paja" y el "Funny games" de Haneke (la más arrolladora del trío, tremenda película).

Y sí que es curioso, o no tanto, el tema de las despedidas cinematográficas de cada director. Añadid a George Stevens o a Vincente Minnelli como realizadores que terminaron sin brío. Y otros que trataron de prolongar sus carreras como Robson, Preminger o Dmytryk también quedaron tocados.

Quería saber qué opinión tenéis sobre los patrones de comportamiento que tiene la pareja, conyugal o no, hombre-mujer durante su relación. Suele ser difícil, cruel, arrítmica o desapasionada según las problemáticas que van surgiendo, las obsesiones y conexiones-desconexiones. ¿Hay un manifiesto esperanzador por lo general, o es que la aparente frialdad de sus propuestas (y de la visión de la vida de Kazan) lo deja en un brote siempre dispuesto a germinar tras el "The end"?

Me quedo con la pareja Brando-Saint de entre todas. Y luego está por ver el binomio Clift-Remick, en el que aún tengo algo de esperanza pese a la mayoría de decepciones que supuso su química e historia de amor. Encumbro también a Natalie Wood, claro, pero no lo veo tan díafano con Warren, que no es santo de mi devoción.