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TRIVIA de Wild River (selección):
- Lee Remick's favorite of all her films. Y eso que llevaba una racha fulgurante de títulos (The long hot summer, Anatomy of a murder, Experiment in terror, Days of wine and roses...)
- Lee Remick picked out two local Charleston kids to play her children. She chose the little girl because she looked like Lee at age 7. She chose the little boy because he loved hugging and kissing Lee. Qué bonito
- At the time of the film, Clift was an alcoholic. Kazan extracted a promise from him that he would not drink during the shoot. With the help of his sympathetic co-stars, Lee Remick and Jo Van Fleet, he kept his word.
- While she was filming "Wild River" Lee Remick's husband was severely hurt in an auto accident, and she left the location shoot immediately. When she returned, she was given great support by co-star Montgomery Clift, who had been through a horrible car accident a few years earlier himself. Ostras con ésta...., y yo sí veo química entre ellos incluso en el contraste de carácteres y sus fragilidades o volubilidades; un recital acompañado de grandes diálogos...
- Having directed Jo Van Fleet to an Oscar for her performance in Al este del Edén (1955), Elia Kazan was particularly keen to pair this remarkable actress with Montgomery Clift as he figured she'd eat him alive. Their scenes together are certainly some of the most interesting ones in the film. Acertó, pero medirse frente a una deslumbrante Lee Remick debió ser también un reto para un Clift bien tocado, circunstancia que se presenta en el film también
En el libro...
... ¿a que no adivináis que película de Elia Kazan es la preferida del autor?
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Lo he leído en el trivia de IMDB aunque no haya reseñado el detalleTengo que decir además de que una de las causas de que me haya gustado el film, mucho, es que no tiene arrebatos crispados como otros de Kazan o están muy comedidos por los intérpretes y el guión. Lo peor, la disgregación del film como por bloques que rara vez se unen; hay nexos de unión ocasionales (el personaje de Walter, el prometido de Carol, p. ej.) pero falta cemento de verdad que los compacte y haga de la historia un frente común más claro y no acuse cierta dispersión.
Y sigo en mis trece: cuánto más destacan las mujeres en el cine de Kazan, sus films brillan más. Aquí además esa masculinidad titubeante (Chuck lo reconoce, "no creo que gane una pelea en mi vida....", riéndose de la evidencia), añade un plus de seguridad al cine del autor en ese aspecto.
Es un film muy lírico.
Eso sí, éste es mejor partido. Lo asusta pero mucho
. Ayyy, a mí es que la historia me parece que empieza muy bien pero luego me va perdiendo fuelle todo
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Yo tengo la sensación de que a Kazan le interesaban bastante más las mujeres que los hombres de sus películas. El tratamiento que les da (salvo alguna excepción, aunque tampoco suelen ser las protagonistas) es a menudo más rico y complejo que el que les da a los hombres. Que entre ellos también hay algunos muy bien mostrados, pero es eso, la forma de mirar y retratar a las mujeres de Kazan es muy buena, tal vez se deba a sus recuerdos familiares de mujeres trabajadoras y luchadoras o algo así, no sé. Pero está claro que tiene una mirada especialmente acertada con ellas salvo en algunos casos.
Última edición por Campanilla; 01/03/2021 a las 20:24
"El único modo de ser feliz es amando. Si no sabes amar, tu vida pasará como un destello" - The Tree of Life
Es la lucha entre el ayer y el presente, y ahí el protagonismo se lo tiene que llevar la relación que puede tener futuro. Por eso el personaje de Jo van Fleet no necesita muchos minutos más en el relato una vez su nieta, a raíz de la conversación que tienen en el cementerio familiar, va recuperando riego sanguíneo. Estoy convencido de que casi todos tenéis como parte favorita del film acotada entre las secuencias de Ella tratando de comprar el perro del viejo Sam y la de la despedida entre Carol y Chuck al día siguiente, cada uno montando en su rutina, la balsa que simboliza el pasado, y el automóvil que simboliza el presente y el futuro. Luego sigue manteniendo el interés, la pareja de jóvenes tiene muchas inseguridades y por eso se mueven a impulsos, no se quieren hacer daño, que es que cuando reseñasteis la peli parecía que en cuestión de horas ya habían retozado juntos 7 horas y se habían casado, de eso nada; la breve secuencia en la que Lee Remick se enfrenta a su abuela encadenada a la posterior de ésta con un Sam que al final se ha pensado mejor la idea de abandonar la isla son magníficas. Y es delicioso ver a una Carol renovando su piel carcomida por la autocompasión; aquí al igual que en "Esplendor" pero de forma menos explícita, se aprecia que la chica cambia su forma de vestir, de niña a mujer, y va redescubriendo su faceta de nieta, de hija, de mujer, de esposa, de viuda; de ama de casa; en tan breve tiempo es una sacudida muy poderosa.
Clift le da la vida a Remick con palabras y hechos, y luego Remick parece ir drenando de energía positiva a Clift. Según va produciéndose el ciclo de acontecimientos, esa sonrisa que Chuck no pierde ni cuando regresa al hotel todo mojado quitándole hierro al asunto va muriendo. Le enseñó a la joven una salida pero él por sí mismo lo que predica no es capaz de llevarlo a cabo. Acaba por sentirse fracasado, inútil, indigno de esa mujer a la que resucitó. Chuck no es más que otro corazón solitario que no sabe hacer frente a aquello para lo que no ha sido preparado. Eso no entraba en sus planes. "Te has vuelto muy sensible, no?" pregunta Carol visiblimente emocionada. ¿"No lo he sido siempre"? afirma él ya avanzado el relato. O antes, en su primer intercambio de palabras, en el cementerio familiar en la isla, "Oh, es usted un romántico". Un aroma del pasado que Carol ya no puede percibir en la isla. "Hacía tiempo que no hablaba así con alguien".
Así como la relación entre la vieja Ella y los jóvenes se basa en la fuerza de la palabra y de la memoria, la de Clift y Remick se basa en miradas limpias, de lecturas de libros abiertos, que a veces estremecen por su capacidad vampirizadora en el deseo, en la compresión mutua de dos personas. Y en silencios gozosos o incómodos; si son incómodos, uno de los dos se aflige, luego la relación dista muuuucho de estar arreglada. Y el tiempo es escaso, más presión todavía.
Todavía recuerdo el suspiro de Carol cuando por fin se casan de urgencia. Y los niños adoran a Chuck, se ve, se siente. Van haciendo el camino inverso: de la depresión a la autoafirmación, que en el caso de Carol es brutalmente honesta por lo cuál demuestra que ya no tiene nada que perder, y de la confianza a la introversión extrema en el caso de Chuck, cuya "dignidad", la que descubre en Ella, siente derrumbarse junto a la casa. Él mismo se ha vuelto "una isla", posiblemente así fue su carácter desde el comienzo, como la que se ha de sepultar bajo las aguas para más inri, pero su personalidad -y que tiene mucho que ver con el Clift de entonces- se desarrolla posteriormente a la de Carol. Al fin y al cabo, Chuck, aunque Carol le quiera, va a tener que hacerle daño indirecto, a su propia abuela, a la que por fin respeta y comprende. Entre la "dignidad" de Chuck y la de "Ella", el joven entiende que la de él aún está muy lejos de alcanzarla en liderazgo.
Y cuando Carol lo psicoanaliza: "soy lista, conozco tus virtudes, sé hablar contigo. necesitas a alguien y yo y mis dos hijos te queremos", le deja hecho fosfatina sin capacidad de reacción; y cuando habla de irse con él, Carol no está siendo egoísta, todo lo contrario, muy generosa, y práctica (se irá con o sin él); por si no fuera poco en esta parte aparece en la música un solo de trompeta lastimero que entronca con los de Dimitri Tiomkin en sus westerns, los famosos "degüello", (Río Bravo mismamente), que versa de soledad, necesidad de arrojo y valentía.... y de suerte final. Una autopsia personal.
Las vidas de ambos van a quedar marcadas por su encuentro. Carol después de esto podría sufrir un amago de regresión personal duradero, las segundas oportunidades son escasas, las buenas, en las que cree uno de corazón que albergan un futuro mejor en compañía de alguien a quien se admira y se quiere; y Chuck, si no llega a ser por el estallido de la jauría humana, podría haberse enrocado perfectamente en su abulia. Y automutilarse como hasta el momento no le había sucedido, pues quien no ha probado de determinado placer no lo sufre en carne viva.
¿Qué sucede? Que toda la parte de la segregación racial, los conflictos de intereses, el tejido industrial en manos blancas y las diferentes pagas según el color de piel, tiene que lidiar con el potente reclamo que supone la vida diaria de estas personas, un "slice of life". Diseminarse con frecuencia, discurrir por una línea paralela cercana pero que no acaba de cruzarse vigorosamente con la del triángulo principal de personajes salvo en términos de matonismo o coacción, lo más básico que uno puede pedir. En el clímax. Eso me falla, pero es un pecado venial.
¿Una escena magnífica? Aquélla en la que Montgomery Clift le explica al negro Sam, al del perro, cómo se produce la energía eléctrica; el entusiasmo con el que Clift se lo explica a pesar de que su receptor no lo vaya a entender y la invitación que le ofrece para enseñárselo eleva poderosísimamente al personaje de Chuck ante los ojos de Carol: sangre nueva, joven, accesible, sin prejuicios, afable, comprensivo. Ahora comprueba Carol que el interrogatorio acerca de su vida no fue un disfraz para la ocasión. Y naturalmente esta secuencia está interpretada de forma magistral por todos. Maravilloso el salto hacia la balsa de élla con el momento previo del cartel KEEP OFF retratada.
Anda que no he oído yo historias reales de relaciones incipientes entre desconocidos en lo que dura un trayecto de avión y en las que se terminan dando los números de teléfono. El desvelado de Seattle, Tom Hanks, ¿no es lo mismo?. Es el principio de una relación lo que se vive en la película; al bajar del avión será cuando comience el desenlace.
Yo también lo creo. Tanto Eva Marie Saint como Vivien Leigh (y también Kim Hunter) como la chica de Al este del Edén y sobre todo, Natalie Wood, son personajes extraordinarios.
De los hombres, y aparte del Brando de algunas películas o de Dean en Al este (eh, Alex?), me quedo con la grata sorpresa de Fredric March en Fugitivos del terror rojo.
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Me pides mucho, amigo C.Bethencourt...
El listado, creo recordar (ahora estoy en el trabajo y no puedo comprobarlo) va desde INTOLERANCIA (1916) de Griffith hasta GRAND CANYON (EL ALMA DE LA CIUDAD) (1994) de Kasdan.
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