La apuesta de Alfonso Cuarón con Gravity era tremendamente arriesgada, pero afortunadamente para su equipo, para la distribuidora, y para los amantes de la ciencia ficción, ha salido bien. En tan solo 10 días el film ya roza unos ingresos de 200 millones de dólares a nivel mundial, lo que significa que ha conseguido doblar su (altísimo) presupuesto de 100 millones, y salir de la zona de peligro de aquellas películas que acaban hundiendo a su director, o que se quedan "cuenta con paga" y hacen que las distribuidoras decidan no confiar más en proyectos similares.
Para muchos cinéfilos este es un mensaje claro: los espectadores estamos deseando premiar con nuestro dinero las propuestas innovadoras, y aunque la ciencia ficción en principio no parece tan rentable como otros géneros destinados a adolescentes, si las cosas se hacen bien, se promocionan adecuadamente y se venden como lo que son, triunfan.
Así que nos alegramos por Cuarón, por Warner Bros, y por los dos actores implicados (Clooney - Bullock).